Los jugadores de La Vinotinto Sub 20, que cuando cerró esta edición se preparaban para enfrentar a Inglaterra (domingo 11 de junio) en la final del Mundial de la categoría que se jugó en Corea del Sur, le enviaron, con su entrega, un recado bien claro a Venezuela a pesar de los 15 mil kilómetros de distancia entre ambos países.
El mensaje es contundente: Unión, perseverancia y actitud, incluso en las situaciones más difíciles. En la semifinal, ante Uruguay, los muchachos estuvieron debajo en el marcador (0-1) por primera vez en el torneo, pero pasaron la página con una frialdad pasmosa, nunca antes vista en otras selecciones criollas.
No importó el momento, el escenario, el rival. El equipo unido avanzó y venció (4-3 em penaltis) a un “grande” de Suramérica con todas las de la ley. No existen las individualidades en este oncena dirigida magistralmente por Rafael Dudamel. Sosa empató, Peñaranda alentó, Fariñez tapó. Así, como un colectivo infranqueable.
Sí se puede
Los venezolanos estamos, cada quien desde su trinchera, luchando por la democracia, por tener al menos un “país normal” en el que se pueda vivir y el ejemplo de este grupo nos debe inspirar.
Dudamel confesó estar sufriendo por no pasar más tiempo con su familia, pero se sacrifica por un bien común. Sus jugadores están sometidos a estrictas dietas, no ven a sus seres queridos, pero el respeto será la recompensa mayor.
Venezuela necesita de estos esfuerzos, de entrega total. Hay un gran camino por delante como lo dijo el maestro Cruz-Diez, pues resulta que ahora hay que construir todo de nuevo y para eso debemos estar unidos, así como en la cancha lo han demostrado estos guerreros.
Un grupo diferente
Leer en redes sociales que estos jugadores le dieron al país una razón para sonreír, es sinceramente gratificante. Para el tiempo que estamos viviendo, se hace necesario este tipo de noticias y demostraciones.
Y si por si acaso extrañaron un análisis meramente deportivo de la actuación de esta selección, es clave decir que esa preparación de dos años a conciencia, con firmes objetivos, se puede hasta “oler” en la cancha.
Los muchachos se conocen a plenitud y han absorbido cual esponja los lineamientos de Dudamel. Hay demasiado talento y hago un especial paréntesis con Sergio Córdova, un jugador de una potencia y técnica increíble, ni hablar del arquero Wuilker Fariñez, la zurda y frialdad de Samuel Sosa y la habilidad de Jefferson Soteldo, por solo nombrar algunos.