Sin alimentos ni protección para el frío, los migrantes fueron dejados el sábado frente a las puertas de un centro para refugiados que durante el fin de semana no trabaja.

En un intento por aliviar la presión sobre la frontera norte ante la gran cantidad de migrantes expulsados de Estados Unidos, las autoridades mexicanas iniciaron el traslado a la Ciudad de México de cerca de un centenar de venezolanos.

Las autoridades migratorias mexicanas embarcaron en dos autobuses a un primer grupo de venezolanos, que fue expulsado el jueves de Estados Unidos, y los trasladó desde la ciudad fronteriza de Matamoros, estado de Tamaulipas, hasta la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en el centro de la capital mexicana.

Sin alimentos y ninguna protección para el frío, y totalmente desorientados, fueron dejados el sábado frente a las puertas de la COMAR, que durante el fin de semana no trabaja.

“Nos ofrecieron toda la ayuda. Un albergue mejor, porque en Matamoros no contaban con instalaciones y logística, pero nos engañaron, y ahora estamos aquí en la calle solo con lo que tenemos puesto”, dijo a AP Tearrán Acevedo, un venezolano de 32 años, al quejarse del frío y hambre que pasó tras su llegada a la Ciudad de México.

Rodeado de sus compañeros de viaje, algunos de cuales comían desesperados unos panes que les regalaron venezolanos residentes en México, Acevedo reconoció que tras dejar hace dos meses su familia y hogar en el estado venezolano de Anzoátegui y vender su motocicleta, que era su único bien, ahora su destino es incierto.