• Ángel Bermúdez (@angelbermudez)
  • BBC News Mundo

Cuando escuchas la frase «crisis migratoria venezolana», ¿qué imágenes llegan a tu mente?

Si buscas esa frase en Google, las fotografías que verás muestran largas filas de personas cargando mochilas o arrastrando maletas mientras intentan o esperan cruzar una frontera; padres cargando niños pequeños, abrazos desgarradores, campamentos, rostros exhaustos.

Y es que la ola migratoria de Venezuela es consecuencia de una enorme debacle económica que entre 2013 y 2021 redujo el PIB de ese país en más de 75%, provocando la salida hasta la fecha de siete millones de personas, de las cuales unos seis millones se encuentran en países de América Latina y el Caribe.

Esa llegada masiva de migrantes venezolanos que en muchos casos necesitan atención inmediata -incluyendo las cuestiones más básicas como comida, techo, medicinas, educación para los niños- ha tenido un impacto importante en los países receptores, que han debido hacer un esfuerzo importante para acoger a los recién llegados.

Pero hay dos buenas noticias al respecto:

  • Se espera que ese sea el tope del costo de atención a los venezolanos en todos los países de la región y que, de hecho, ese impacto se vaya reduciendo con el tiempo en la medida en la que esos migrantes se vayan integrando a la economía local de cada país.
  • Esa integración no solamente ayuda a compensar por los gastos ocasionados, sino que se estima que puede generar un crecimiento del PIB de hasta 4,5% para el año 2030.

Todo esto, de acuerdo con un nuevo estudio realizado por economistas del Fondo Monetario Internacional titulado «Regional Spillovers from the Venezuelan Crisis» (Efectos colaterales regionales de la crisis venezolana).

Un gasto que se convierte en un aporte

De acuerdo con la investigación, el gasto para atender las necesidades de los migrantes venezolanos oscila entre 0,1% y 0,5% del PIB, dependiendo del país.

Se estima que entre 2020 y 2025 permanezca en torno a 0,4% en el caso de Colombia; en 0,25% para Ecuador y Perú; y 01,%, para Chile.

La llegada masiva de migrantes también tiene un impacto en el mercado laboral local que, inicialmente, es mixto.

«Dado que la mayor parte de los migrantes consiguen un trabajo (incluso si este no corresponde con sus habilidades), el empleo total aumenta y los salarios reales descienden. Los sueldos más bajos desestimulan la participación de algunos trabajadores locales en el mercado laboral, mientras que el desempleo general aumenta ligeramente, a medida que la tasa de desempleo de los migrantes supera la de los trabajadores locales», indica el reporte.