Después de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, los venezolanos hablan de fraude electoral y recuerdan el plebiscito de Pérez Jiménez
La elección a la Asamblea Nacional Constituyente, ejecutada el domingo 30 de julio y que buscaba maximizar los poderes de Nicolás Maduro en el gobierno venezolano, reavivó la llama de un fraude electoral por mantener el poder, escenario que no sería nada nuevo en la historia del país.
El historiador y profesor universitario venezolano, Tomás Straka, recuerda dos fechas importantes, el 2 de marzo de 1898 y el 15 de diciembre de 1957. En la primera se dio la llamada Revolución de Queipa, un levantamiento militar que tuvo lugar después de que Joaquín Crespo organizara una estafa electoral para asegurar la victoria de su partido en las elecciones presidenciales.
La segunda, el plebiscito de Marcos Pérez Jiménez. El llamado electoral, que buscaba ratificar al presidente en su cargo, era considerado contrario a la Constitución de Venezuela, ya que esta no contemplaba ese medio, sino el de las elecciones libres. Los resultados finales, tildados de “amañados”, aprobaron por mayoría la continuidad del dictador venezolano.
“En ambos casos los gobiernos, ante la imposibilidad de ganar unas elecciones, deciden hacer fraudes masivos. El resultado fue que a los meses estos estaban cayendo porque los fraudes parecen inyectarle energía a quienes están dispuestos a enfrentarse al gobierno”, opinó Straka.
¿Se repite la historia?
“La votación de la Asamblea Nacional Constituyente contó con la participación de 8 millones 89 mil 320 venezolanos”, dijo Lucena en cadena nacional de radio y televisión la madrugada del 30 de julio.
La oposición venezolana no tardó en reaccionar y lo llamó “fraude”. Varios dirigentes, entre ellos Guillermo Call, comentaron. “Es bueno recordar que Pérez Jiménez hizo un fraude constitucional y al mes cayó”.
“Si bien existen ciertos criterios comunes para analizar ambos casos, no podemos hablar de paralelismo porque las condiciones sociales son completamente distintas”, opinó el historiador venezolano Ronny Armas.
“Pérez Jiménez encajaba dentro de las dictaduras clásicas y en la actualidad, el objetivo del Gobierno es buscar, como sea, el equilibrio de país democrático que te dan los votos internacionalmente, todo eso mientras internamente reprimes”, agregó Armas.
Similitud internacional
Al igual que en Venezuela, algunos gobiernos de América Latina han arremetido contra la democracia y perdieron el poder, días, meses o años después, pero al final cedieron y quedaron en el pasado.
El 7 de mayo de 1989, se celebraron en Panamá las elecciones presidenciales con dos candidatos principales: Guillermo Endara, de la Alianza Democrática de Oposición Civilista y Carlos Duque, promocionado por el Partido Revolucionario Democrático, afiliado a Manuel Antonio Noriega.
La elección fue anulada por Noriega antes que se completara el conteo de votos y tres días después el Tribunal Electoral, en rueda de prensa, anuló la fiesta electoral por “interferencia extranjera”.
La decisión derivó en protestas y la posterior invasión de Estados Unidos. Endara fue declarado ganador de la elección.
“La experiencia de los que vivimos esa época nos lleva a decir que la situación que vive Venezuela es idéntica a la que atravesamos los panameños. Hay varias razones, por ejemplo, un gobierno autoritario con confianza en las fuerzas de defensa y un partido político que defendía el proceso, allá PSUV, aquí PRD”, explicó el analista istmeño Olimpo Sáez.
El también dirigente político, sostuvo que bajos esos instrumentos el gobierno de Noriega se dio a la tarea de culpar a los norteamericanos de todos los problemas por los que atravesaba el país.
“¿Les suena conocido? En Venezuela es igual. Otro patrón en aquel momento, es que varios países de la región buscaban una salida democrática, tal cual pasa con el caso venezolano en la actualidad.
Noriega se negaba a eso al igual que Maduro. Yo hablaría, perfectamente, de un paralelismo histórico. Los venezolanos deben seguir en un plan de lucha, aprender de otros casos en el continente y concretar su último paso hacia la nueva democracia”, explicó Sáez.
Otros casos internacionales
Caso Fujimori
El tercer mandato de Alberto Fujimori, en Perú, inició el 28 de julio de 2000, tras dos turbulentas vueltas electorales que acapararon los ojos del mundo. La gestión de Fujimori estuvo marcada por la inestabilidad política y escándalos de corrupción.
Su mandato finalizó casi cuatro meses después con su renuncia, vía fax, desde Japón. El congreso lo destituyó del cargo argumentando “incapacidad moral”.
El Euromaidán en Ucrania
El concepto hace referencia a una serie de protestas (21 de noviembre de 2013 – 23 de febrero 2014) contra el gobierno de Víktor Yanukóvich, quien pretendía lograr acuerdos con el gobierno ruso y no lo que pedía el pueblo ucraniano, que era la integración del país a la Unión Europea.
La radicalización del movimiento, finalizó con la destitución de Yanukóvich y el establecimiento de un gobierno interino.