Según cifras oficiales del Servicio Nacional de Migración Panamá (SNM), en 2016 ingresaron al país un total de 342 mil 946 venezolanos. Un año después, y en gran parte por una serie de restricciones migratorias que ha impuesto el Gobierno panameño y la situación económica que atraviesa Venezuela, esta cifra se redujo un 22 % (74 mil 302 personas menos) con un total de ingresos de 268 mil 944 Todo apunta a que en 2018 la cifra seguirá en descenso.

Hasta el 29 de mayo de 2017, los nacionales de Venezuela, Colombia y Nicaragua que ingresaban a Panamá podían permanecer en territorio istmeño hasta 180 días, pero eso cambió a partir del 1 de junio del mismo año tras el decreto número 269, que obligaba a reducir la estadía a 90 fechas. Las puertas se comenzaron a cerrar.

El 22 de agosto de 2017 y en medio de una cadena de radio y televisión, el presidente Juan Carlos Varela, amparado en “una ruptura del orden constitucional en el país suramericano”, anunció que su gobierno decidió solicitar visa estampada a todos los venezolanos que pretendieran entrar a Panamá.

Rápido impacto

“Esta medida se toma con la intención de proteger los mejores intereses nacionales”, dijo Varela en su corto, pero preciso mensaje. La norma comenzó a regir desde el 1 de octubre de 2017 y ha afectado directa e indirectamente a cientos de familias venezolanas.

La solicitud de visa estampada generó un impacto en la cifra total de ingresos 2017 casi que de manera inmediata. A finales de octubre del año pasado, en declaraciones a medios nacionales, Javier Carrillo, director general del SNM, explicó que la entrada de venezolanos a Panamá se había reducido en un 70 %. “Han salido más de los que han ingresado al país”, destacó. Una cifra del SNM dejó ver que de los 268 mil 444 personas que ingresaron al país en 2017, 249 mil 350 salieron del territorio nacional.

Aquello de viajar a Panamá con pasaporte, solvencia económica (500 dólares) más un pasaje de retorno, quedó atrás. Los venezolanos interesados en ingresar a Panamá, que no posean una visa vigente de Estados Unidos, Australia o Canadá con al menos una entrada a esas naciones, deben comenzar un engorroso proceso para obtener la visa panameña.

Cuesta arriba

El primer paso es solicitar la cita a través de la página oficial de Migración Panamá, tarea que ha traído miles de interrogantes. ¿Cuándo abre el sistema? ¿Cuántas citas se otorgan al mes? Hasta el cierre de esta edición no había un pronunciamiento oficial al respecto.

Si la suerte lo acompañó y pudo lograr su cita, el proceso hasta la aprobación de la visa estampada puede tardar hasta un mes, según han denunciado usuarios a nuestro corresponsal en Venezuela y a través de nuestras redes sociales.

“Cada país es libre de imponer las leyes y restricciones que mejor le parezcan en pro de cuidar sus intereses. Yo pude sacar mi residencia como profesional extranjero, que aunque costosa (unos tres mil dólares) fue una alternativa para seguir en el país. Panamá tiene muchos atractivos, sobre todo la moneda, pero pienso que ya en este momento no es un país para emigrar”, opinó Raúl Chávez, un venezolano de 36 años de edad, cuatro de ellos en el Istmo.

Viento en contra

Otro de los puntos en contra para decidirse por Panamá como destino migratorio, es la restricción de hasta 56 carreras que solo pueden ser ejercidas por los panameños de nacimiento o naturalizados. Entre ellas se encuentran abogados, arquitectos, ingenieros, asistentes médico, asistente dental, docentes, agentes de seguridad, entre otras.

“No existe ninguna intención de este ministerio, ni del gobierno nacional, de levantar la restricción a profesiones que están limitadas a panameños”, dijo a mediados de 2017 Augusto Arosemena, ministro de comercio e industrias.

Ante la crisis que atraviesa Venezuela, los venezolanos han volteado su mirada a países como Perú, nación que ha incentivado la llegada de los mismos con varios beneficios migratorios, entre ellos la estancia temporal y el reconocimiento de títulos universitarios.

Las cifras del SNM no mienten. Panamá dejó de ser un destino migratorio predilecto para los venezolanos. Así también lo demuestra el más reciente estudio (enero 2018) de Consultores 21, empresa venezolana especializada en estudios de mercados, que demostró que Colombia, Chile, Perú y Estados Unidos, en ese orden, son los destinos más buscados por los “chamos” que intentan desesperadamente alejarse de la crisis económica y buscar una mejor calidad vida.

Entrada de venezolanos por año desde 2010

2010: 147 mil 333

2011: 188 mil 668

2012: 215 mil 442

2013: 230 mil 440

2014: 231 mil 100

2015: 289 mil 875

2016: 342 mil 946

2017: 268 mil 644

Fuente: Migración Panamá.