Foto: Cortesía.

…Y no los dejaron. El maluco de Ramos Allup, presidente de ese hemiciclo, no tuvo la cortesía de enseñarles las instalaciones, a pesar de que su señora esposa ha llevado a ese recinto otra cantidad de niños. Pero claro; los que ha llevado la señora Ramos han sido niños que estudian en escuelas y estos que quisieron entrar en un día domingo para culturizarse, son adultos que nunca tuvieron chance de ir ni siquiera a primaria.

Por eso estamos como estamos. Estos muchachos que quisieron saber algo de historia patria llegaron con sus banderitas (algunas banderitas eran las que simbolizan el movimiento gay… eso no lo entendimos) y quisieron que les contaran, entre otras cosas, cómo Simón Bolívar era blanco y después se había vuelto negrito pelo chicha.

Los guardias nacionales (tan bellos ellos) se portaron a la altura. Los dejaron pasar, protegiéndolos de cualquier peligro. Ya sabemos cómo anda la delincuencia en Caracas, ¿no?

Ordenadamente quisieron ocupar el palco de prensa, donde había mucha gente con cámaras, y aprovechar de tomarse unas cuantas fotos para enviárselas a sus papás y mamás.

La indignación de estos angelitos fue tomando forma, pues estos señores vestidos de flux, se hicieron los que estaban trabajando. Ellos (los angelitos) no se dejaron engañar pues en domingo nadie trabaja.

El colmo de los colmos fue cuando el señor que estaba sentado allá arriba, pidió que los desalojaran sin siquiera enseñarles las instalaciones. La indignación por tal desprecio, se convirtió en arrechera. Cómo es posible que estos niños no tengan chance de escuchar lo que allí se discutía. Claro, seguramente estaban planeando algo raro, porque en el canal 8 siempre sale la cara de “ese señor de arriba” y ese canal -que instruye tanto- dice que él está conspirando.

-Nosotros no somos gafos -dijo un niño que tenía una barrigota cervecera, pero que seguramente era de lombrices- Esa gente no está trabajando… Hoy es domingo. Nosotros vinimos a saludarlos y ellos se hacen los locos…

Un periodista que los escuchó, le preguntó:

-Y si vienen a saludarlos, ¿por qué tiene esa molotov en las manos?

-¿Esto que tengo en mis manitos? Ah… Es que eso lo tenía en mi morralito, y no lo saqué antes de venir pa’ acá. Yo lo uso cuando voy pa’l colegio. Me lo fabricó mi papá pa’ que me defienda cuando hay mujeres malucas marchando.

En eso arrancó un atajaperros protagonizado por niñas y niños rojos rojitos que pedían educadamente que los señores vestidos de flux se dejaran coñacear, para ellos poder conocer el parlamento. Y como no los dejaban se pusieron muy bravitos y zumbaron todo lo que tenían en sus manitas. Se veían muy fuertes. Se ve que la revolución bonita, ayuda a la infancia en su educación y alimentación.

Por eso es que estos buenos muchachos fueron defendidos hasta por el presidente. No es justo que los hayan hecho levantar temprano en un día domingo, para llevarlos en autobús a su recorrido educacional, para  que estos señores que hablaban de una cosa llamada “democracia” no los dejaran participar.

Menos mal que estaba la guardia nacional, que al final -después de dejarlos pasar- los escoltó amablemente para sus casitas.

Ah… Y en el autobús de regreso -como debe ser con estos niñitos educados- les dieron sus sanguchitos y su agua de papelón, contrariamente a estos señores que lo que hablan es de pura tomadera.

– Ahora “y que” se van a tomar toda Venezuela? – dice uno de los muchachitos.. Ni mi papá que toma que jode…

¡Viva la revolución bonita!

Cariños y hasta la próxima.