La desigualdad crece cada día, originando una clase trabajadora que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas, originando con ello personas frustrada y sin esperanzas

 

Recientemente se cumplieron 25 años conmemorando el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Desde 1993 la pobreza se ha reducido a la mitad en el mundo, lo que significa un gran avance, según los investigadores del tema. Período en el que el mundo ha tenido un nivel sin precedentes de desarrollo económico y tecnológico. Sin embargo, estamos rezagados en el desarrollo y fortalecimiento humano, aún tenemos casi 800 millones de personas en situación de pobreza, es sencillamente, desde la óptica de la civilización y la humanística, un hecho incomprensible.

Revisar las cifras permite entender la magnitud de la deuda que tiene la sociedad para con millones de seres humanos alrededor del mundo. Por ejemplo: “Unos 783 millones de personas vive por debajo del umbral de pobreza internacional, con 1,90 dólares diarios. En el 2016, por lo menos el 10% de trabajadores y sus familias vivían con menos de 1,90 dólares diarios por persona.

La mayoría de personas que vive por debajo del umbral de pobreza se concentran en dos regiones: Asia meridional y África subsahariana, no siendo éste un fenómeno exclusivo de la región. Sin embargo, las estadísticas muestran que las altas tasas de pobreza se encuentran a menudo en los países pequeños, frágiles y afectados por conflictos.

En 2016, solo el 45% de la población mundial estaba amparada efectivamente por un sistema de protección social. Surge entonces la pregunta, ¿Qué sucede con el 55%?

En 2017, las pérdidas económicas debidos a desastres, incluidos tres grandes huracanes en los Estados Unidos y el Caribe, fueron estimadas en más de 300 mil millones de dólares. Actualmente hay 30 millones de niños que crecen pobres en los países más ricos del mundo”.[i]

Lo contradictorio es que, así como se ha logrado una disminución de la pobreza, así mismo, la brecha entre ricos y pobres tiende a ser cada vez mayor. Ejemplo, el año 2016, el número de personas cuyas fortunas superaron los mil millones alcanzó su máximo histórico, con un nuevo milmillonario cada dos días. Para ese momento había 2.043 milmillonarios (en dólares) en todo el mundo, con lo cual, el 1% más rico sigue acumulando más riqueza que el resto de la humanidad.

El tema aquí no es criticar a los más ricos. Qué bueno que haya personas exitosas y logren éxito económico, la pregunta es: ¿y cómo lo lograron?  Es aquí donde entramos conflicto; pues, por ejemplo, un par de zapatilla de marca, cuestan más en una tienda, que lo que gana en un mes el trabajador que las hizo. Algunas de esas súper fortunas se construyen a expensas del trabajo mal pagado a muchas personas, a menudo, mujeres y niños que reciben salarios miserables sin que se respeten sus derechos fundamentales.

El Banco Mundial ha expresado de manera contundente que: “si no se cierra la brecha entre ricos y pobres, no se va a lograr cumplir el objetivo de erradicar la pobreza extrema por un amplio margen. Incluso si lográsemos reducir la pobreza extrema al 3% de la población en 2030, todavía habría cerca de 200 millones de personas viviendo con menos de 1,9 dólares al día.”[ii] Esta es una alerta de un organismo con las herramientas e información sólida para emitir tal información.

La desigualdad crece cada día, originando una clase trabajadora que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas, originando con ello personas frustrada y sin esperanzas.

De acuerdo con información de conocimiento público, el ejemplo del panorama lo evidencian los trabajadores de Amazon, cuyo dueño Jeff Bezos, no sólo es uno de los hombres más ricos del mundo, con más de 100.000 millones de dólares, en la actualidad, no obstante, en enero de éste año, se dio a conocer que muchos de sus trabajadores tuvieron que recurrir a subsidios del Estado para poder llegar a fin de mes.  ¡Algo no está bien con este sistema!

La pobreza es una deuda que tenemos como humanidad y, las desigualdades son los pasivos que se están generando con la pobreza, lo detenemos o, tendremos un mundo cada día más conflictivo.

El problema es global, por lo que requiere soluciones globales. La renta básica universal quizás pueda ser una alternativa, hay que urgir a los especialistas, economistas, multinacionales, Estados, a buscar soluciones. Algo debemos hacer para evitar la carga de la deuda a futuras generaciones.

[i] Fuente: Organización de las Naciones Unidas

[ii] Cruz, J. Foster, B. Quillan y P. Shellekens. (2015). Ending Extreme Poverty and Sharing

Prosperity: Progress and Policies. World Bank.