Aunque los sectores contrarios a Maduro han tenido más de “moméntum” para cristalizar sus metas, los conflictos internos jugaron mala pasada y fortalecieron al chavismo
La oposición venezolana atraviesa su peor momento. La falta de liderazgo y estrategias que conduzcan a un cambio político profundizan su quiebre, estimulado por las divisiones y surgimiento de nuevas corrientes contrarias al gobierno de Nicolás Maduro.
A esto se suma la falta de iniciativas para concentrar más operación que retórica, de manera que los ciudadanos puedan participar activamente en la construcción de un nuevo modelo político.
Aunque los sectores de oposición han tenido más de un “moméntum” para cristalizar sus metas, los conflictos internos jugaron mala pasada y fortalecieron al chavismo, que ha ganado tiempo, elemento necesario para ejercer el poder.
La constante riña entre los simpatizantes del líder opositor Juan Guaidó, y de quienes no lo siguen, pero se definen como “una alternativa democrática”, generan más desencuentros que puntos en común entre los venezolanos, que si bien no respaldan a Maduro, tampoco ven una opción entre quienes lo adversan.
Aunque la comunidad internacional acompaña Guaidó, el fin del periodo 2016-2021 de la Asamblea Nacional (AN), trajo consigo una serie de consecuencias de alto y mediano impacto, como el retiro de credenciales a la embajadora Fabiola Zavarce. Esto ocurrió también en enero 2020, cuando el gobierno de Alberto Fernández desautorizó a Elisa Trotta Gamus como representante diplomática de Venezuela.
“Negociación solo será posible si chavismo y oposición ceden”
El politólogo y consultor político Gabriel Reyes admitió que la oposición, actualmente, se encuentra “fragmentada y ese eslogan de unidad carece de sentido”, añadió.
Agregó que si bien hay sectores que promueven la negociación como vía de despeje del conflicto interno, esta solo será posible a través de consenso entre las partes involucradas. “Para que una negociación rinda frutos, ambas partes deben estar dispuestas a ceder y que esa acción no signifique impunidad”, aclaró.
Apuntó que el escenario actual, con una oposición débil y sin liderazgo fortalecido, es consecuencia de los ataques que han sufrido algunos interlocutores. “Se llegó a este nivel porque la oposición está falta de liderazgo, y cuando ha surgido uno, es atacado por las mismas filas opositoras. En el caso de Guaidó, él intentó mantener una línea vertical, pero otros sectores no lo apoyaron. No creo que en política existan muertos, mientras tenga el apoyo de un conjunto de países, seguirá siendo un interlocutor válido”, dijo.
Consultado sobre el destino de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, con la llegada de Joe Biden a la presidencia, agregó que pudiera darse un espacio de apertura “pero no con la administración de Maduro, sino un espacio de neutralidad supuesta para tratar de gestionar las diferencias”.
Añadió que la declaración de Estados Unidos, en la cual tildan de dictador a Maduro “tumba algunas expectativas de que Biden iba a reconocerlo-a Maduro-“, precisó.
Respecto a la iniciativa del exalcalde de Chacao, Leopoldo López, de conformar una coalición de lucha, descartó que pueda ejercerse un liderazgo efectivo desde el exilio. “No hay plena garantía de que ocurra lo que pasó con Rómulo Betancourt mientras estuvo fuera del país. Se necesita un vocero local que maneje el descontento de la población”, explicó el también docente universitario.
“Decidí dar la lucha”
Un sondeo de opinión de la firma Datanálisis, publicado en diciembre de 2020, reveló que 62% de los venezolanos no se identifica ni con Maduro ni con Guaidó. En esa ocasión el presidente de la encuestadora, José Antonio Gil Yépez, agregó que ninguno de los grupos políticos convence al electorado.
“Ni el gobierno ni la oposición están atrayendo ni convenciendo, esto explica el fracaso del estamento político en general. Ellos-el chavismo- están trabajando en función de su interés propio, de llegar o de mantenerse en el poder, pero no están acompañando a la gente en la solución de sus problemas cotidianos”, aseveró Gil Yépez en entrevista con la Voz de América.
Si bien en encuestas anteriores una parte de la población ha manifestado su renuencia a ir a elecciones por un Consejo Nacional Electoral (CNE) vinculado al oficialismo, desde la AN se inició el proceso para escoger a nuevos rectores. Aunque el año pasado se juramentó una directiva, esta sería una “transitoria”, porque la decisiva estaría por designarse próximamente.
El diputado José Gregorio Correa, vicepresidente de la comisión que evaluará los requisitos de los candidatos a titulares del Poder Electoral, enfatizó que el país necesita un cambio de rumbo, porque hasta ahora “el camino que ha recorrido Venezuela lo ha llevado al fracaso. Tenemos una oposición desperdigada, un país lleno de odios, donde recriminan a todo aquel que piense distinto”.
Subrayó que conversará con el oficialismo las veces que sean necesarias hasta llegar al entendimiento. “Decidí dar la lucha desde la calle, desde el Parlamento, no desde la comodidad de la casa, porque las soluciones no van a llegar como si fuera un delivery. El reto es pelear, el enfrentamiento desde la palabra”, insistió.
Queda sobre el tintero la decisión política sobre la celebración de comicios regionales y locales. Le corresponderá a los diferentes grupos que desean una salida pacífica revisar si usarán la anterior estructura política o avanzar a un nuevo modelo, con mayores representantes de la sociedad civil, para lograr un mínimo de acuerdos de convivencia.