Por: Aura y Víctor Ramos

@3punto0

Alexander Krylatov, profesor de matemáticas de la Universidad de San Petersburgo, es el autor del libro Optimization Models and Methods for Equilibrium Traffic Assignment (Modelos de optimización y métodos para equilibrar el tráfico). Krylatov plantea que la congestión vehicular se puede resolver en forma permanente y que los ingenieros solo logran parches o soluciones temporales que funcionan como un cuero seco, resolviendo el problema en un punto para trasladar la congestión a otros lugares circundantes, sin un enfoque integral.

Krylatov hace cuatro recomendaciones, producto de su investigación:

  1. Todos los conductores necesitan estar en el mismo sistema de navegación. En cierta forma es lo que hacemos intuitivamente al usar Waze, confiando en que nos conducirá de A a B usando la mejor ruta. Si todos los conductores estuvieran bajo el mismo sistema, el modelaje de tránsito sería perfecto.
  2. Prohibición de parking en puntos específicos. Algunas rutas urbanas son muy estrechas y es imposible ampliarlas. Cualquier vehículo parqueado en esas vías contribuirá a una gran entorpecimiento del flujo vehicular.
  3. Rutas verdes. Aquellas ciudades que deseen fomentar el uso de vehículos eléctricos (particulares y públicos), deben proveer incentivos para su uso, incluyendo rutas preferenciales de tránsito.
  4. Gemelo digital.Plantea Krylatov que se requiere contar con un modelo digital de las calles y avenidas cuyo tráfico deseamos mejorar, una especie de espejo o “gemelo” del conjunto de vías existentes, que permita gerenciar eficientemente las acciones pertinente, incluyendo los recursos que se dedican a mejoras en infraestructura vial en cada localidad.

¿Cuánto perjuicio causan las congestiones vehiculares diarias?

La lista es larga. Acá esbozamos algunos de ellos:

  • Miles de horas perdidas diariamente, que podríamos dedicar a nuestras familias, a esparcimiento o para mejoras en productividad.
  • Consumo adicional de gasolina, al someter a nuestros vehículos a condiciones en las cuales consumen energía en forma ineficiente y por períodos muy superiores a los que se necesitan en condiciones de flujo normal de tráfico.
  • Accidentes de tránsito, peleas y agresiones, producto del estrés que generan los embotellamientos vehiculares.
  • Recursos públicos adicionales (policías) destinados a tratar de ordenar o mitigar el caos vehicular.
  • Acortamiento de la vida útil de los vehículos.
  • Encarecimiento del precio de los bienes y servicios, por la alícuota de costo de transporte que cada uno tiene asociada.

Soñar no cuesta nada. Ojalá pronto los matemáticos y otros especialistas consiguan eco y atención a sus recomendaciones y sugerencias.