La primera fase está destinada a la atención de personas vulnerables: niños desnutridos, mujeres embarazadas y ancianos. Un total de cinco hospitales recibirán dotación para un mes.

El ruego de las ONG, pacientes crónicos, la iglesia y la población en general fue escuchado. Venezuela recibirá un paliativo importante para hacer frente al hambre y la falta de tratamientos, que consume vidas a diario.

El régimen de Nicolás Maduro desoyó todas las solicitudes de atención y argumentó que este “no es un país de mendigos”, aunque las cifras de fallecidos por no contar con medicinas y producto de la desnutrición desmienten tan vil afirmación. Ante instancias internacionales y a lo interno, la retórica chavomadurista repite una y otra vez que la nación cuenta con todo lo necesario para vivir.

A pesar de los acuerdos aprobados por la Asamblea Nacional (AN), justificados con la identidad de las víctimas y los informes emanados de organizaciones especializadas, la llamada “revolución” prefirió, por omisión, que se incrementaran las muertes solo por no dar su brazo a torcer.

Es por ello que el presidente (encargado) y titular del Parlamento, Juan Guaidó, solicitó a los organismos internacionales el envío de insumos dirigidos a la población más vulnerable. Su solicitud fue acogida por instancias internacionales tras verificar el deterioro significativo en la calidad de vida de los ciudadanos.

Estados Unidos y España enviaron cargamentos con insumos, Colombia, Brasil y una isla del Caribe fungieron como centros de apoyo y se prepararon para enviar medicamentos, soluciones nutricionales, ácido fólico y todo lo que requieran mujeres embarazadas, niños desnutridos y ancianos. En esta primera etapa también está prevista la entrega de los fármacos que requieren los pacientes crónicos.

La respuesta de Maduro, considerado el líder de un estado fallido, fue colocar obstáculos en el Puente Las Tienditas, inaugurado en 2016 y que aún no ha sido abierto para operaciones comerciales en la frontera colombo-venezolana. Mientras tanto, el voluntariado trabaja en la recepción y embalaje.

Los protocolos internacionales establecen la ayuda humanitaria en casos de desastres naturales o conflictos armados, ninguno de los dos corresponde a Venezuela, pero esta obedece a las denuncias elevadas por ONG y líderes políticos, que han entregado pruebas que evidencian el sufrimiento de familias que han perdido a sus integrantes porque el Estado no les garantizó alimentación y salud.

“Régimen genocida”

La iglesia católica venezolana ha alzado su voz en nombre de los afligidos y víctimas directas del conflicto interno. Desde Cáritas Venezuela, instancia adscrita al clero, existe toda la disposición para colaborar, a través de su red, en la distribución de los insumos.

El arzobispo emérito de Los Teques (estado Miranda) y miembro de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Ovidio Pérez Morales, dijo que la activación de este donativo de medicamentos y alimentos no perecederos debe ingresar al país porque es un apoyo humano elemental. “Hacemos un llamado a la conciencia, a los sentimientos, aunque sabemos que a este régimen no le importan las personas que están al borde de la muerte por falta de comida y medicinas, solo le interesa mantenerse en el poder”.

Lamentó que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) colocara vehículos en uno de los accesos por donde debe ingresar lo recolectado. “Esto es un ejemplo de la naturaleza que caracteriza al régimen, que no es otra que genocida. Es muy triste que eso esté pasando”.

Lo ideal hubiera sido la coordinación a través de OCHA

La especialista en el área de Nutrición, Marianella Herrera, aclaró que se llegó a esta etapa ante la negativa de Maduro y sus funcionarios de aceptar la declaratoria de emergencia humanitaria. “Esto ocurre cuando en un lugar no hay insumos, alimentos o medicinas para cubrir requerimientos de la población y una parte de ella queda en vulnerabilidad extrema. Los protocolos internacionales se activan para socorrer y salvar vidas”.

Apuntó que lo ideal hubiera sido una acción dirigida por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), para que esta a su vez coordinara con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), El Alto Comisionado de Naciones Unidos para los Refugiados (Acnur) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), pero en Venezuela no ha sido posible por la renuencia del chavomadurismo.

“Eso es lo que debía haber ocurrido, pero si ya no se puede hacer y está la acción se debe hacer lo mejor posible y que cubra en esta etapa inicial a la población vulnerable, como está previsto”.

Recordó que 5 hospitales serán dotados en esta fase. “En condiciones ideales la distribución se haría entre la red hospitalaria y allí luego se procedería a la ubicación de los pacientes”.

El plan de asistencia humanitaria tiene una cobertura limitada, es decir, no está dirigida a toda la población sino a la más afectada. El Gobierno de Estados Unidos aprobó 20 millones de dólares para su ejecución inicial, Canadá autorizó 39 millones de dólares, Alemania 5 millones de euros y Suecia, 7.2 millones de euros.