El camino de Ana Paola Rincones en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos comenzó desde que emigró de Venezuela hace seis años. Aunque en ese momento no era consciente de ello. Recuerda que se radicó con su esposo en California y sin permiso de trabajo que le permitiera generar ingresos encontró en Facebook lo que sería la gran oportunidad de su vida: ser parte de una de las ramas de las Fuerzas Armadas de ese país.

“Revisando me encontré con una publicidad del Marine Corps, de la parte musical, que decía que estaban buscando [por] una flautista y que también tocara piccolo. Que ese es mi caso. Cuando yo veo eso, yo asumí, por la naturaleza de la página del grupo de Facebook, yo asumí que era, como le decimos en Venezuela, para matar un tigre (…) Al día siguiente conocí a los reclutadores (…) Al final de esa conversación con ellos entendí en lo que me estaba metiendo y bueno, a partir de allí comienza mi historia con los Marines”, recuerda en entrevista para la Voz de América.

Actualmente, Rincones es integrante de la Banda de la 1ª División de Marines, en Camp Pendleton, California, donde presta servicio como instrumentista de flauta. Un puesto que jamás imaginó tener, pero con el que ha logrado materializar grandes sueños y también dejar el nombre de su país en alto.

Para la venezolana formar parte del Cuerpo de Marines de Estados Unidos es una muestra de que no hay límites de edad si quieres lograr algo. Recalca que ella ingresó a la institución cuando tenía 33 años. “No me sentía como físicamente capaz de hacer algo así, porque a medida que los iba conociendo y bueno, desde el primer día realmente que los conozco, empecé a indagar más en cómo son los entrenamientos, cómo es la organización, y ya por allí pues yo no sentía que tuviese ningún tipo de chance, porque es una exigencia física y mental bien grande”, recuerda.

Ahora que ya aquellas pruebas fueron superadas, la flautista siente mucha felicidad de representar a Venezuela en una institución tan distinguida. No obstante, deja claro que como ella, hay otros venezolanos en diversas parte del Cuerpo de Marines que también representan al país. Agrega que hay personas de otras nacionalidades latinoamericanas, lo que demuestra en esencia lo que es Estados Unidos: un país con una gran diversidad cultural.

Pese a que reconoce lo difícil del camino y también las responsabilidades que conlleva, Rincones afirma que el aprendizaje personal que ha adquirido es “invaluable”. “Ha sido increíblemente retador, de las cosas que yo en mi vida me imaginé que pudiera ser capaz de hacer. Desde lo más simple, que es correr, pero a las velocidades que lo tenemos que hacer, el tipo de reacción que debemos tener, son cosas que a mí me hace sentir muy orgullosa de mí misma”, detalla.