TEXTO: Marissa Melton VOA
A pesar de la pandemia, las demandas y la mordaz retórica política, observadores electorales extranjeros dieron buenas noticias: no encontraron irregularidades sistémicas o ilegalidades de parte de ninguno de los dos partidos.
Ursula Gacek, quien lidera un equipo de observadores extranjeros que llegó a Estados Unidos a finales de septiembre para estudiar las condiciones previas a las elecciones, señaló que hubo casos aislados de comportamiento irregular, lo que ella llamó “pequeños incidentes, personal, incidentes humanos”, un par de los cuales fueron descritos en detalle en su reporte. “Pero nada”, dijo, “que pudiera impactar y realmente sacudir la confianza en el sistema”.
Los resultados de la elección del 3 de noviembre seguían sin definirse completamente el viernes. Poco antes, el miércoles, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, por sus siglas en inglés), realizó su conferencia de prensa del día después de las elecciones.
Michael George Link, jefe de la misión observadora, elogió al gobierno de Estados Unidos que invitó a misiones de observadores, por tener “la fuerza de mostrar que nadie es perfecto”.
Agregó que “cada democracia (…) gana con los intercambios de mejores prácticas que pueden ayudar a mejorar y refinar su sistema electoral donde se necesite”. Estados Unidos estaba obligado a invitar a la OSCE a observar sus elecciones. A pesar de su nombre eurocéntrico, tanto Estados Unidos como Canadá y un puñado de naciones asiáticas, son miembros activos de la OSCE, que se formó durante la Guerra Fría. La membresía en OSCE viene con la obligación de invitar a monitores electorales de otros estados de OSCE como una forma de hacer que todos se ajusten a los mismos estándares de transparencia.
Mientras el equipo de Link estaba en Estados Unidos para observar el día de las elecciones, el equipo de Gacek llegó al país a finales de septiembre y un número de sus miembros permanecerá por unos diez días, o más tiempo, si el conteo de los votos se prolonga.
Un reporte emitido el miércoles por ambos grupos señaló que el aumento del voto anticipado y el voto por correo que pretendió permitir votar con más seguridad durante la pandemia del coronavirus, ha resultado en unas 400 demandas legales presentadas en 44 diferentes estados, algunas de las cuales continuaban mientras ya se estaba votando. Eso, dijo Gacek, tuvo el efecto de “cambiar las reglas de juego cuando ya el partido había empezado”.
Más allá de las complicaciones de la pandemia, la retórica de la campaña de este año fue problemática, particularmente la del presidente Donald Trump. De una preocupación particular, dijo el reporte, fue “el uso del presidente (Donald Trump) de declaraciones discriminatorias y peyorativas contra individuos debido a su origen o sexo”.
También señalaron la renuencia de Trump a comprometerse con una transferencia pacífica del poder, en caso de que perdiese las elecciones. Y dijeron que sus expresiones de desconfianza con los votos por correo pudieron haber debilitado la confianza del público en las instituciones estatales.
En sus comentarios a los periodistas el miércoles, Link dijo enfáticamente que “nadie, ningún político, ningún funcionario electo, nadie debería limitar el derecho de las personas a votar… Alegatos infundados de deficiencias sistémicas, notablemente viniendo del presidente incluyendo en la noche de las elecciones, dañan la confianza pública en las instituciones democráticas.
Al preguntársele en más de una ocasión si las elecciones de este año muestran evidencias de que la democracia estadounidense estaría debilitándose, tanto Link como Gacek objetaron.
“Nosotros ni siquiera hacemos pulgar arriba o pulgar abajo”, dijo Link. “Lo que esta pregunta implica es una conclusión política (…) Nosotros no hacemos conclusiones políticas”.
Gacek dijo que los observadores ni siquiera comparan una elección con otra en el mismo país. El único momento en que reportes previos entran en juego es para determinar si recomendaciones anteriores han sido atendidas. “Esa es la única cosa que nosotros traemos a la actualidad”, dijo. “Pero ni se hace una calificación ni análisis comparativos”.
En los 18 años que equipos de OSCE han estado viniendo a observar elecciones en Estados Unidos, empezando con las de mitad de período de 2002, esas recomendaciones incluyen hacer el financiamiento de las campañas más transparente y restituir el derecho al voto a delincuentes convictos que ya han cumplido sus condenas de prisión.
Pocas de esas recomendaciones, sin embargo, parecieran haber sido atendidas por funcionarios electos, una crítica incorporada en el reporte de este año.
Y bajo esa perspectiva, toda la incertidumbre sobre la validez y logística de la elección de este año podría haber valido la pena, sólo porque han generado atención de los medios de comunicación al objetivo que los equipos de observadores están tratando de alcanzar.
“Las recomendaciones son claves”, dijo Gacek cuando se le preguntó sobre el efecto de la atención de los medios. “Algunas de las recomendaciones que hemos hecho en el pasado son realmente antiguas”.
“Así que, en ese respecto”, continuó diciendo, “entre más grande el interés en nuestro trabajo (…) es solo para el bien de las personas más importantes en todo este proceso, las personas a las que siempre apoyamos. Y esos son los votantes estadounidenses”.
Mientras tanto, el conteo de votos continúa y el trabajo de los equipos observadores no ha concluído. Miembros de los equipos pasarán semanas estudiando información para llegar a las recomendaciones de este año.
Gacek dijo que los equipos tomarán el tiempo que sea necesario antes de publicar su reporte. Una cosa es segura: habrá recomendaciones.