El país esta secuestrado: su gente, sus instituciones, la justicia, cultura y hasta su fe.  Las naciones no son otra cosa que una agrupación de personas que habitan un mismo territorio, vinculadas por el idioma, la religión, su devenir y aprendizaje del pasado para repotenciar los aciertos y evitar –en lo posible- los fracasos en el presente y en el futuro.  ¿Queremos seguir dando tumbos o anhelamos enrumbarnos por caminos de desarrollo y prosperidad? CONVERSACIONES, en esta entrega, trae a dos venezolanos, Guillermo Morón, escritor e historiador y José Luis Azuaje, Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, uno de la historia y otro de la fe, quienes analizan los últimos acontecimientos del país con las mayores reservas de petróleo en el mundo, pero con una crisis humanitaria sin precedentes.

 

Otra vez se habla de elecciones en el país, esta vez, presidenciales. ¿Qué opina?

Guillermo Morón:  Nada de diálogo, acuerdo, elecciones ni nada.  Este es un país empobrecido, dirigido por un ser del que no digo su nombre porque tengo la peor opinión de él.   En este país hay que hacer lo que se hizo en el siglo XIX para establecer la República.  Se necesita la ayuda de otros países o  ¿es falso que entonces hubo una coalición con los ingleses, franceses y haitianos quienes junto al pueblo venezolano contribuyó con nuestra independencia? Aquí no habrá elecciones libres mientras el innombrable esté en Miraflores, mientras lo ordene la Asamblea Nacional Constituyente que no sirve para nada, que es una farsa.

 

Usted habla de una invasión militar

Yo hablo de una intervención política y económica, es decir ayuda, que es lo que ha pasado siempre en el mundo cuando las naciones hay sido destruidas como lo ha sido Venezuela que vive hoy en la mas espantosa de las miserias y necesita del auxilio de Europa,  Estados Unidos, Canadá y Brasil.  No hablo de una invasión armada, hablo de una intervención política donde las riquezas del país no sirvan para mantener en el poder a los tiranos, sino para brindar bienes y servicios a un pueblo que muere de hambre porque las tierras fueron confiscadas y ahora están abandonadas.  Aquí tiene que haber un cambio radical, total y para que eso ocurra, hay que empezar porque quien se llama Jefe de Estado, que yo no nombro, se vaya por las buenas o por las malas.

 

¿Quién lo saca?

Como se ha hecho siempre aquí y en todas partes, con las Fuerzas Armadas, el pueblo y la fuerza internacional porque el éxodo de venezolanos se ha convertido, además, en un problema mundial, por ello deben intervenir.  Solos no podemos, los civiles solos no podremos, tienen que intervenir las Fuerzas  Armadas del país con auxilio político y económico del mundo.

 

Los venezolanos están buscando que comer y las Fuerzas Armadas sirven al régimen

Pues hay que salir a las calles a protestar, que esto sea cada vez más ingobernable y obligar a los soldados a cumplir con su deber. Si los dirigentes no sirven buscar otros, porque todo pueblo necesita quien lo dirija.  Nada es eterno y aquí algo pasará, saldrá un conjunto de hombres y mujeres que actúen, saquen del letargo a la sociedad y transformen al país política, económica, social y culturalmente como los hubo en la Independencia. Posiblemente, por mis 92 años no lo veré, pero sucederá, así lo refiere la historia mundial.

 

 

 

 

Monseñor José Luis Azuaje

Para la Conferencia Episcopal que preside, en su comunicado del 29 de enero, han expresado  que “la soberanía reside en el pueblo”; ese pueblo que no tiene que comer y que muere por falta de medicamentos y la violencia.

Esa realidad de pobreza en el país es la que nos motivó a preparar ese comunicado que refiere.  Así como el inmenso numero de personas que salen a diario del  país con todo lo que eso significa, sobre todo el desgarre familiar que produce. Esos son temas prioritarios a una elección, por demás adelantada y convocada por una Asamblea Nacional Constituyente, “inconstitucional e ilegitima en su origen y desempeño” y que además, dentro de sus funciones, no está el convocar elecciones sino en todo caso, redactar una nueva constitución. Nos parece pues, un exabrupto, que ese organismo ordene unos comicios.

 

Pero esa misma ANC ordenó unas elecciones de Gobernadores y de Alcaldes y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) participó en ellas a pesar de que el convocante es “inconstitucional e ilegitima”.

En el punto 7 de nuestro comunicado le hablamos también a la dirigencia política de oposición exigiéndole coherencia y  unidad de criterios porque el único partido debe ser Venezuela y no las organizaciones políticas.  No se puede entrar o participar en un espectáculo de distracción ante la gravísima situación que vive el pueblo.  Nos inquieta sobre manera el hecho que la dirigencia política asuma esto con normalidad, cuando realmente estamos en un proceso anormal.

 

¿Cómo salir de la crisis si el sector político se distrae con elecciones y diálogos?.  ¿Estaría usted de acuerdo con una intervención internacional?

El punto 5 del comunicado habla de la soberanía del pueblo y eso significa que es el pueblo el sujeto del poder y hay instrumentos en la constitución vigente para destrabar todos los elementos negativos que nos tienen inmersos en esta profunda crisis. La comunidad internacional está muy clara en general y hay emitido opiniones en cuanto al resquebrajamiento de la democracia venezolana.  Aquí tenemos que buscar un consenso entre los factores políticos para poder superar la dramática realidad. Si cada uno sigue mirando solo sus intereses personales y/o partidistas, el pueblo seguirá sufriendo .  Por eso nosotros hemos llamado siempre la atención en la necesidad de la unidad para entrar a un objetivo común, cuyo foco principal sea el bienestar del pueblo y la necesidad de resolver  los  problemas de todo orden que tenemos: políticos, económicos, sociales, etc. La Iglesia llama a la conciencia de todos y principalmente de aquellos que tienen en sus manos las decisiones para buscar el mejor camino para enrumbarnos hacia la Venezuela fraterna y de todos.