La oferta de vuelos desde y hacia Venezuela es cada vez más reducida. Foto: Cortesía.

La multimillonaria deuda que mantiene el régimen de Nicolás Maduro con el sector aeronáutico, obligó a gran parte de las aerolíneas más importantes del mundo a abandonar sus operaciones en la nación suramericana

 

 

Son 3 mil 800 millones de dólares en deudas que el gobierno de Nicolás Maduro mantiene con las aerolíneas internacionales y que, a pesar de las promesas de pago que ha realizado, todavía no ha cumplido. Aunada a la deuda económica, ahora la crisis política y social ha llevado a que un mayor número de empresas aéreas decidieran suspender sus vuelos, dejando a los venezolanos cada vez aislados.

Esta situación también ha provocado que los precios de los boletos de las pocas líneas aéreas que quedan sean sumamente costosos.

Aeroméxico operó en Venezuela durante cinco años y debido al “complejo entorno económico que impera en el país» suspendió sus vuelos. Lufthansa y LATAM cancelaron sus servicios por el mismo motivo. En el año 2014, la línea aérea más grande de Canadá, Air Canadá, decidió salir del país por las violentas protestas de ese año y por “no poder garantizar la seguridad de su funcionamiento”, según un comunicado publicado en ese entonces.

En julio de 2017, ante la crisis desatada por la ruptura del orden constitucional, el aislamiento aéreo de Venezuela con el resto del mundo se agravó. La aerolínea colombiana Avianca adelantó la suspensión de sus vuelos debido a “las dificultades que viene presentando la operación aérea”, según informó en un comunicado. Aerolíneas Argentinas rescindió de la ruta Caracas – Buenos Aires, siendo el último vuelo el 5 de agosto, mientras que United Airlines informó que el servicio diario de Houston a Caracas se cerró por la baja demanda. Delta Airlines se sumó a este grupo de empresas aeronáuticas que decidieron terminar sus operaciones en Venezuela. Junto a ellas esta Gol, Iberia, Insel Air and Aruba Air, Alitalia y Dynamic Airways.

“Para nosotros es muy negativo que Venezuela esté perdiendo las rutas aéreas que le conecten con el mundo. Poder viajar por avión es imprescindible para los negocios, el intercambio cultural y para fomentar los lazos entre personas y pueblos”, dijo Jason Sinclair, Gerente de Comunicaciones Corporativas de La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA por sus siglas en inglés).

Las que quedan

El número de venezolanos que deciden emigrar es cada vez mayor pero ubicar una ruta aérea con costos accesibles es casi imposible.  Air Europa, Air France, Tap, American Airlines, Turkish Airlines, Caribbean Airlines, LAW, Tame, Cubana de Aviación, Copa, y Wingo son las aerolíneas internacionales que mantienen, al cierre de esta edición, sus vuelos hacia el exterior. En los momentos son solo 13 las empresas que están vendiendo pasajes,  lo que se traduce en una reducción de 40%.

En un comunicado la panameña Copa Airlines informó que, a pesar de la situación del país, mantendrá sus operaciones.  La empresa “continuará con la normalidad en sus itinerarios a Venezuela, manteniendo la regularidad de las tres frecuencias diarias a Caracas, una diaria a Valencia y una diaria a Maracaibo, los tres destinos operados a través del Hub de las Américas en ciudad de Panamá”.

Por su parte, Wingo (filial de Copa) sostiene que mantendrán, las cuatro frecuencias semanales que tienen: los días martes, jueves, viernes y domingo a la ciudad de Caracas desde Bogotá.

Por los momentos, 10 aerolíneas venezolanas ofrecen vuelos con destinos internacionales aunque con poca variedad en las rutas. Entre ellas están Santa Bárbara Airlines, Laser, Venezolana, Turpial, Aeropostal, Albatros, Conviasa, Avior, Aserca y Estelar Latinoamericana. Los destinos son Miami, Cuba, Panamá, Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Costa Rica, Aruba y Curazao.

“Venezuela no está siguiendo las normas internacionales de aviación y esto ha complicado bastante la habilidad de las aerolíneas de seguir operando en el país”, afirmó Sinclair. Habrá que abrocharse los cinturones y prepararse para un panorama aún más turbulento.