Unicef pidió a los Estados latinoamericanos que regulen el etiquetado de los alimentos y bebidas industrializadas dirigidas a niños y adolescentes. Foto: EFE.

Unicef pidió a los Estados latinoamericanos que regulen el etiquetado de los alimentos y bebidas industrializadas dirigidas a niños y adolescentes, para mostrar el contenido nutricional de manera sencilla y así contribuir en la lucha contra la obesidad y el sobrepeso.

En colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP), Unicef presentó un análisis de regulaciones y prácticas para el etiquetado en cuatro países de la región: Argentina, Chile, Costa Rica y México.

El etiquetado frontal es uno de los medios más efectivos para «influir en las opciones de alimentos envasados hacia alternativas más sanas y mejorar las dietas de una población con creciente sobrepeso y obesidad», subraya el informe.

El Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas aboga por una presentación simple y llamativa, «que no requiera de habilidades matemáticas, que tome poco tiempo para interpretarlo y que sea consistente en toda la región».

El etiquetado, indica el reporte, debe enfatizar el contenido de los nutrientes que contribuyen al sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) en la etapa adulta, como los azúcares añadidos, las grasas y el sodio.

Además, Unicef pone de relieve la necesidad de regular otros elementos presentes en el empaque y que influyen a la hora de realizar la compra, como personajes promocionales -presentes en el 21 % de los productos analizados-, leyendas relacionadas con la nutrición y ofertas.

«Contar con consumidores más formados e informados, tanto adultos como niños y adolescentes, es un paso indispensable para que cambien sus hábitos y tomen decisiones responsables a la hora de escoger un producto», dijo Stefano Fedele, asesor de nutrición de Unicef, en un comunicado.

De acuerdo con el sondeo realizado por Unicef, los consumidores, a la hora de comprar productos para sus hijos, prefieren sistemas de etiquetado como el de semáforo -que agrupa los componentes en tres grados- y los octógonos de advertencia, en los que se leen mensajes como «alto en calorías» o «alto en azúcares».

Esto es debido a que dichos métodos proporcionan un sistema de lectura «rápido y comprensible», especialmente para aquellos consumidores con nivel de educación más bajo.