Este 2018 cierra con la crisis más grave en toda nuestra historia republicana y 2019 viene como el año que llega cargado de esperanzas de cambio, sobre todo porque las fantasías respecto a una posible salida pacífica y/o electoral, se desvanecieron.

La comunidad internacional, sabe que salidas basadas en la decisión de las mayorías pueden darse con demócratas, nunca con quienes se aferran al poder oprimiendo y torturando al pueblo que, de todas las formas posibles, le expresan a diario su repudio. Solo Zapatero y tres o cuatro aliados siguen con el indocumentado, buscando formulas de negociación; de resto, nadie cree que Maduro saldrá por las buenas. Cuando el diagnóstico es acertado, también lo es el remedio.

Dentro de este contexto, el avance más importante de este año fue el derrumbe de la falsa oposición; de los fingidos líderes que vendían al país y a los aliados internacionales el camino del diálogo y de las elecciones. Se derrumbaron, primero, porque su esquema fue intentado varias veces y fracasó; y segundo, porque trascendió información sobre sus nexos ocultos con el régimen; y se sabrá más cuando se publique la “Lista Gorrín”.

Los casos de Andrade-Gorrín y Matthias Krull, son apenas una pequeña muestra de la corrupción de este régimen moribundo. En el año que está por venir, reventarán escándalos aún mayores relacionados al saqueo de las arcas públicas y al lavado de capitales provenientes del narcotráfico, muchos nombres y apellidos conoceremos entonces.

El 2018 también nos trajo el triunfo de Jair Bolsonaro, quien tuvo entre sus principales promesas de campaña “enterrar” al Foro de Sao Paulo, incluyendo, por supuesto, a los regímenes de Cuba y Venezuela. Bolsonaro marca un nuevo rumbo en la región, que pronto traerá cambios concretos.

Al momento de escribir estas líneas, nos llega la noticia de que los gobiernos pertenecientes al Grupo de Lima desconocerán a Maduro después del 10 de enero; y casi simultáneamente, la noticia del posible encarcelamiento de Cristina Kirchner. Aunque tarde, la justicia llega; llegará en Argentina y también en Venezuela. Los que ahora se consideran poderosos e intocables, pronto se arrepentirán del daño causado a tanta gente inocente.

Existe la incertidumbre sobre lo que ocurrirá una vez Maduro se juramente inconstitucionalmente el próximo enero. Surgen rumores de una nueva traición del colaboracionismo; pero, hagan lo que hagan, ya no tienen capacidad de suministrar oxígeno a un régimen agotado, dividido y desprestigiado. Los “originarios” lo saben, y por eso han comenzado a saltar la talanquera.

Han sido años muy duros, llenos de injusticia y de sufrimiento; pero el final está cerca. Dios se apiada de su pueblo y levanta su brazo salvador para liberar a los venezolanos. Sin duda, el 2019 es el año de la esperanza.

Reciban los venezolanos de bien mi abrazo navideño, cargado de bendiciones del Niño Dios.

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@NituPerez