La Voz de América visitó Cúcuta, punto fronterizo entre Colombia y Venezuela, donde encontró complejas historias de vida de venezolanos que han debido caminar, pedir ayuda y agarrar buses para regresar a su país.CÚCUTA, COLOMBIA — 

José Manuel Castro no pudo sostener más a su familia en Bogotá. Los gastos de arriendo y alimentación lo dejaron sin otra posibilidad que regresar a Venezuela.

Sin embargo, su plan de retornó resultó tan complejo como lento. Mientras cruzaba la frontera entre Colombia y Venezuela, en Cúcuta, le contó a la Voz de América que junto a 250 personas, estuvo varado a la espera de poder avanzar en buses, al norte de la capital colombiana.

Tras dos años y medio de permanecer en Colombia, ocho de ellos en Bogotá, anhela estar ya en casa, en la costa de Maracaibo, junto a su esposa y su mi hija de tres años.

«Prefiero ir a mi casa, por mi pueblo, que yo sé que en mi casa a mí nadie me va a votar. Si paso hambre, paso hambre en mi casa. Si me entiendes y paso necesidad, la pasé yo solo. Yo solo puede pero aquí la cosa está muy difícil y hay mucha gente que no entiende eso la situación que estamos viviendo hoy en día», afirma.

Hizo un llamado a los compatriotas que aún están en Colombia para que regresen a su país: «Que se devuelvan que esa tierra es de nosotros. Allá nos están esperando todos con la mano abierta. A la final, vamos pa’ la casa de nosotros».

En un recorrido de un equipo de la VOA porla frontera, algunos migrantes afirmaron que varios de ellos llegaban de ciudades como Bucaramanga, Calo o, incluso, desde Ecuador, ya que no pueden pagar un alquiler para vivir. Algunos dijeron que llevan de dos a tres días sin comer.

«Si te dan para el arriendo, no compras comida. Si compras comida, no tienes para el arriendo, no hay empleo ni nada. Hay obligatoriamente que egresarse a su país», dijo uno de ellos.

«Uno emigra con un propósito con algo, pero con esta pandemia se le corta todas las esperanzas», agregó.

Los caminantes

Muchos de los migrantes optan por movilizarse a pie en Colombia, mientras encuentran cómo llegar hasta la frontera. Es el caso de Dairi Padilla Suárez, quien vivía en la ciudad colombiana de Armenia.

«Venimos caminamos como cinco días más o menos, agarramos un ‘aventón’ hasta llegar a Bogotá, donde fuimos recibidos. Bueno, nos estancamos allí en una estación de servicio, donde nos prestaron grandes ayuda. Gracias a Dios, grandes organizaciones como el Bronx, el conjunto noruego, entes policiales, etcétera», le dijo la venezolana a VOA Noticias.

Dairy trabajaba como camarera en un hotel y su esposo laboraba en una finca.

Ahora, espera llegar a la ciudad venezolana de Barinas: «Tenemos un legado que dice que es mejor estar cerca de la familia, que estamos con unión, con amor y entre todos nos podemos ayudar, a estar solo y separados».

Esteban*, por su parte, llegó a Cúcuta desde Barrancabermeja. Contó que llegar hasta la frontera fue una travesía. Caminó, anduvo en mula, le ‘dieron la cola’, junto con su familia, su mamá, su novia.

Se desempeñaba como ayudante de construcción, pero «ya no teníamos cómo producir y nos decidimos ir a Venezuela», le dijo a la VOA.

Retorno continuo

El secretario de Fronteras de Norte de Santander, Víctor Bautista, expresó que están en diálogos y coordinación con autoridades venezolanas para que haya un cruce de migrantes por la frontera de forma organizada.

«Este es un proceso complejo que obviamente depende de unas condiciones excepcionales. Acá estamos intentando que las autoridades venezolanas reciban en promedio 300, 400 personas diarias en una labor ardua de Migración Colombia acá, en este Puente Internacional Simón Bolívar», le dijo a VOA.

Dice que muchos de ellos llegan de lugares apartados como Bogotá, Cali y Medellín y «requieren alguna atención que ha venido brindando el departamento de Norte Santander con un tamizaje en salud, con una atención social que requiera».

Se refirió a los niños, mujeres y familias que tienen dificultades para llegar hasta la frontera, peor instó a que la llegada de haga de manera coordinada.

«Si esto funciona de manera coordinada, nos ayuda a todos a que la gente no sufra y pueda pasar rápidamente a los procedimientos que están en Venezuela, que tienen que ver también con restricciones y con pruebas de COVID-19 porque allí también hay un proceso de cuarentena», señaló.

Dice que las autoridades están realizado dicho proceso y que «los gobernadores han pedido a los alcaldes y a los gobernantes en todo el resto del país que se tenga en cuenta que esto no puede ser un embudo migratorio que se nos desborda y que nos deja en una situación muy compleja».

Bautista confirmó que, desde que se inició este cierre de frontera, el 14 de marzo, 40 mil personas ha regresado por el paso fronterizo, «incluyendo la población pendular que ya se encontraba en Norte de Santander.

La Secretaría de Fronteras confirmó a la VOA que, en abril, más de 10.000 venezolanos retornaron a su país desde Cúcuta, Colombia.

Migración Colombia indicó a finales de abril que cerca de 12 mil venezolanos han retornado a su país.

*Esteban no es el nombre real del entrevistado, que pidió no ser identificado por temor a represalias.