Tras su contundente victoria electoral en diciembre, Sebastián Piñera regresó hoy al Palacio de La Moneda para tomar el relevo de la progresista Michelle Bachelet en Chile.

El mandatario conservador, que se une al club de líderes derechistas que han llegado al poder en los últimos años en Sudamérica, imprimirá un nuevo rumbo político al país con más incentivos a la inversión privada pero sin desmantelar del todo las reformas sociales promovidas por su antecesora.

Rodeado de un equipo experimentado donde prevalece la impronta política frente a la tecnócrata de su primer gobierno, Piñera se ha propuesto para este segundo mandato relanzar una economía que en los últimos tiempos perdió su velocidad de crucero. El magnate, cuyo talón de Aquiles ha sido siempre su falta de tacto a la hora de separar sus negocios de la política, intentará ganarse el favor de esas amplias capas de clase media que le dieron su confianza en diciembre (54% de los votos en la segunda vuelta frente al 43% del oficialista Alejandro Guillier).

En la ceremonia de toma de posesión asistieron el rey Juan Carlos en representación de España, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, el presidente de Argentina, Mauricio Macri y el mandatario hondureño Juan Orlando Hernández. Sólo hubo un mandatario izquierdista, el boliviano Evo Morales.

A la toma de posesión no asistió Nicolás Maduro, a quien Piñera ya desautorizó al día siguiente de proclamarse presidente electo. Por otra parte el dirigente de oposición Carlos Vecchio asistió al acto oficial de inicio del nuevo mandato presidencial de Chile. Julio Borges en el marco de su gira internacional, también sostuvo un encuentro con el nuevo mandatario chileno en el Palacio de la Moneda.

Con información del periódico El Mundo de España.