Según declaración oficial del Servicio Nacional de Migración (SNM), las citas (primera vez) para regularización migratoria bajo el Decreto Ejecutivo N°167 del 3 de junio de 2016, estaban programadas hasta el 19 de junio 2019.
Para el 23 de mayo del presente año, bajo ese decreto, se habían regularizado más de 97 mil extranjeros, entre esos más de 36 mil venezolanos. Estas cifras fueron enviadas por el SNM a El Venezolano de Panamá en un cuestionario.
El SNM, a través del su departamento de relaciones públicas, confirmó justo al cierre de esta edición, que el 19 de junio fue el último día de atención para los extranjeros que tenían programadas por primera vez su cita.
“De ahora en adelante solo se atenderán casos de personas, que por alguna razón u otra, no pudieron asistir el día que les fue asignada su cita. Solo se recibirá a los pendientes, a esas personas que cuando vinieron les faltó algún documento y no se pudo avanzar con el proceso”, confirmó el SNM.
Las citas de renovación seguirán funcionado según lo estipulado, agregó el organismo público.
¿Política migratoria?
Laurentino “Nito” Cortizo, presidente electo de Panamá, ha reiterado, incluso desde su campaña, que su Gobierno pondrá mano dura con el tema migratorio.
“Panamá es nuestra casa, nuestro hogar. Nosotros decidimos quién entra y quién se queda. Sólo a nosotros nos toca definir nuestra política migratoria”, escribió el 10 de diciembre de 2018, en su cuenta de Instagram, Cortizo.
En su portal web oficial, Cortizo, quien sugiere que Panamá necesita una política migratoria cónsona con nuestros tiempos, habla también sobre el tema.
“Si una persona no tiene sus papeles en regla, debe salir del país. Hay un descontrol migratorio pues una gran cantidad de extranjeros entran al país como turistas y permanecen indefinidamente de manera irregular, lo cual pone presión a nuestras instituciones. Y por otro lado hay empresas que dan empleo a indocumentados, quitando oportunidades laborales a los panameños. Esto es inaceptable”.
El nuevo presidente panameño reiteró que la política migratoria, que seguramente anunciará luego de tomar posesión el 1 de julio, “debe ser selectiva, estricta, y con el principal objetivo de fortalecer nuestro país. Debemos decidir de manera estratégica quién entra a nuestro país y quién se puede quedar, basado en reglas claras y con procesos eficientes”.
Por su parte, Rolando Mirones, ministro de seguridad designado por Cortizo, agregó en entrevista con medios nacionales, que “el país requiere de un ajuste en las políticas migratorias, que no existen, y por eso hay un desorden”.
Para Mirones, “hay gente que viene de manera ilegal, declarando que son turistas y se quedan en Panamá, es deseable los turistas, pero debemos tener controles para que no se cuelen personas que le van a quitar empleos a panameños de manera ilegal”, sostuvo el funcionario.
Al menos por ahora y bajo este panorama, un nuevo proceso de regularización migratoria durante esta nueva administración entrante, parece por decir lo poco, bastante cuesta arriba.
“No pude completar el dinero para mi primera cita, me reprogramaron la cita y tampoco pude reunir el monto por múltiples problemas que tuve. Sigo en el proceso hasta que pueda conseguir mi regularización”, contó Alberto Quiñones, venezolano en Panamá desde hace casi tres años.
Antes de dejar su mandato (30 de junio), el presidente Juan Carlos Varela firmó un decreto para otorgarle residencia permanente a los extranjeros que ya contaran con permisos de regulación de seis y 10 años.
El anuncio ha causado revuelo en varios sectores de la sociedad panameña. Los que alzan la voz le exigen al presidente electo, Nito Cortizo, que derogue el mismo.
Un popular refrán dice: amanecerá y veremos. El futuro de los extranjeros; los que se regularizaron, los que están en vías y los que vienen a futuro, parece incierto.