Ahora que ha bajado un poco la marea de sentimientos, pensamientos y proclamas promovidas por la clasificación de nuestra selección ¡por primera vez!, al mundial de fútbol 2018 en Rusia, escribo impulsado por la alegría que esto me produce. Primero, me complace celebrar junto al resto de los panameños este triunfo que es, sin duda, una conquista del país.

Esta victoria tiene significados especiales, porque parecía realmente improbable que se pudiera lograr. La posibilidad de que Estados Unidos perdiera contra Trinidad y Tobago, o de que México perdiera contra Honduras era remota, por no decir imposible, y menos probable era que todo ocurriera simultáneamente.

Por otro lado, la posibilidad de que Panamá le ganara a Costa Rica, por el registro de resultados anteriores, era considerado, en el mejor de los casos, dudoso. Todos estos imposibles se convirtieron en hechos y, consecuentemente, Panamá hoy esta clasificado al Mundial 2018. Felicitaciones a nuestra selección y al equipo técnico, a los que he apoyado, ganen o pierdan. Me sumo a su alegría.

Dicho esto, paso a comentar acerca de la otra cara de la moneda, porque considero que vale la pena aprender de la experiencia. En nuestros países el fútbol, como la política, genera en cada individuo las reacciones más disonantes y contradictorias. Eso explica por qué hoy celebramos a rabiar el triunfo de una selección de fútbol que hacía menos de una semana era insultada y denigrada, cuando perdió 4-0 contra los Estados Unidos. Sólo si aceptamos la existencia del absurdo, podremos entender cómo de pronto, como por arte de magia, los jugadores que hace unos días «no servían para un carajo», ahora son héroes nacionales. De igual manera podremos comprender que un entrenador se convirtió, en sólo cuatro días, de «un fiasco y una estafa», a estratega genial que merece no solo la continuidad en el cargo sino incluso un aumento de salario.

Es la pasión que genera el fútbol, diremos, pasión que sirve también de excusa para librarnos de la responsabilidad por errores cometidos decidiendo mal en la política. Sigo esperando la caravana y manifestación popular espontánea para sanear al Órgano Judicial, por ejemplo.
Pero vale la pena aprovechar este júbilo comunitario que, aunque entendible, no describe la contradicción de nuestro ser nacional, para reconocer que nuestro país aun puede lograr cumplir sus sueños. El martes pasado, a pesar de nosotros mismos, superando nuestros complejos, las dudas sobre nuestra capacidad y desafiando la sensación de mediocridad que nos han creado durante décadas, ¡GANAMOS!

De cualquier manera, en este momento parece que lo más importante es ir al Mundial. En unos días más despertaremos y nuevamente enfrentaremos nuestras realidades. Hoy, aprovecho para respetuosamente presentar estas consideraciones:

1. Señor Presidente: Dar un día libre por lo del fútbol fue una mala decisión. Cada día que nuestro país no produce, disminuye la posibilidad nacional de ayudar al pueblo a crecer.
2. Ahora es importante continuar dando apoyo a los muchachos de la selección, tanto de parte de la organización rectora del Futbol nacional, como de parte de todo el país. Y a la selección, amigos: cuidado con creerse ahora que son «la ultima soda fría en el desierto». Pies en la tierra, ojos en el horizonte! Ahora, a prepararse para justificar su cupo. Nunca habíamos ido a un Mundial. Háganlo valer.
3. A la Federación de Fútbol de Panamá, tengan a tiempo los pasajes, los viáticos y las comodidades de los muchachos. Siempre hay problemas con los arreglos y viáticos de los jugadores que representan a Panamá internacionalmente. DEN LOS VIATICOS CON TIEMPO.
4. Los directivos de la FEPAFUT no deben viajar con esposas, novias, familiares y amigos, ni hospedarse en hoteles de lujo. El dinero debe destinarse a los que juegan y a sus familiares. Si los directivos lo desean, pueden utilizar sus propios recursos propios para llevar a terceros, no los del Estado. Desde ahora, hagan publica la lista de quienes irían en la comitiva oficial o se llenara eso de manzanillos.
5. ¿Los dineros públicos que van a la FEPAFUT se auditan? Los fondos públicos para gastos del Mundial de Futbol DEBEN SER AUDITADOS.
6. A toda nuestra gente en Panamá, si a los muchachos de la selección no les va bien en el mundial, no piensen que es que no podemos; a Brasil tampoco le fue bien hace cuatro años y son mejores que nosotros en eso. El deporte no garantiza nada, solo oportunidades.
7. A los muchachos de nuestra selección les digo que piensen siempre en lo que ustedes pueden ser, no en lo que otros piensan que ustedes son. No crean que estamos destinados a ser menos, por razones de nacimiento o del «destino». Ustedes pueden ser campeones mundiales. Ya hay panameños que creímos en que podíamos y hemos llevado nuestra bandera a sitios de honor, aunque hayamos nacido en San Felipe, El Chorrillo, Colón, San Miguelito o Veraguas , aunque no hayamos tenido el respaldo o las ventajas que otros tienen. Nuestra fe pudo mas que la falta de apoyo. Cuando hay talento, es la oportunidad y la voluntad de ganar lo que cuenta. Lloyd La Beach, Panamá «Al» Brown, Laguna, Durán, Rod Carew, Ernesto Marcel, Laffitte Pincay, Mañe Icaza, Jorge Velásquez, Braulio Baeza, Irving Saladino, Jr. Peralta por mencionar a unos cuantos, TODOS demostraron que si es posible para Panamá el competir y ganar, donde sea.

¡Felicidades muchachos! Ustedes reaccionaron a un revés. Cayeron, pero se levantaron y ganaron . ¡Así se hace!
Patria, son tantas cosas bellas! El ejemplo brindado por nuestra selección nacional de Futbol es una de ellas.

Rubén Blades | 13 de Octubre, 2017.