Comentarios vienen y van, pero la verdad es que es ajeno para la mayoría de los venezolanos residentes en Panamá el rechazo de los panameños que se ha ventilado en medios de comunicación locales e internacionales, en diferentes páginas web y redes sociales. Aunque reconocemos la existencia de hechos aislados, choques y discrepancias entre los mismos. Al respecto reflexionamos: todos los seres humanos llegamos a tener impases hasta con quienes más queremos; claro, siempre y cuando las diferencias se resuelvan en un clima de respeto y consideración.
Entendemos que desde hace varios meses existen reclamos en un sector de la población que se siente desplazado por la mano de obra extranjera. Por ende, hemos visto cómo las autoridades panameñas han arreciado los controles migratorios, suspendiendo algunos tipos visas y aumentando los requisitos para otras. Sin embargo, es nuestro interés como residentes de este país que se abran espacios para la discusión de las ideas, que se respeten las reglas establecidas para encontrar fórmulas que generen confianza al panameño y que, en la medida de lo posible, permitan que continúen abiertas las puertas para el ciudadano de bien, que llega a incorporarse con la mejor disposición al quehacer diario del Istmo.
Otro hecho que observamos y que tiende a incrementar la migración es que en Venezuela, tal como se venía advirtiendo, un gran sector de la población ha entrado en situación de ayuda humanitaria ante un gobierno incompetente que ha provocado la hiperinflación y la devaluación más grande que se haya visto en nuestra historia, trayendo escasez y desempleo. Ni siquiera con la mesa del supuesto diálogo se ha permitido abrir canales de ayuda para que ingresen al país los aportes de alimentos y medicinas que tanto necesita el pueblo venezolano. En los últimos 15 años casi tres millones de compatriotas han emigrado a varios países del mundo, de los cuales aproximadamente 90 mil han venido a Panamá.
Hacemos la acotación porque hoy más que nunca los venezolanos necesitamos de la mano de la comunidad mundial, que en otro momento recibió también la ayuda de nuestro país durante los tiempos de democracia y de crecimiento que tuvimos en el pasado. Queremos agradecer a todos los hermanos panameños que han aprovechado la circunstancia para expresar sus más altos valores de hermandad y consideración, sin dejar de defender su patria y su bienestar.
No podemos negar que tan sólo un mínimo comentario negativo que se ventila, así sea en las redes sociales, entristece a toda nuestra comunidad, nos llena de vergüenza y nos hace reflexionar.
Es importante expresar que la comunidad venezolana no está de acuerdo con movilizaciones masivas, nos parece la peor de las ideas, vengan del sector que vengan. Rechazamos que personeros de la política asuman el tema como bandera para aumentar su popularidad y que los medios se aprovechen del tema solamente para ganar seguidores y centimetraje; ni hablar de las redes que sirven para el anonimato y la informalidad. Todo ello pone en vilo a miles de familias inmigrantes que han apostado por la patria panameña.
Invitamos a nuestros paisanos y a nuestros hermanos panameños desde sus puestos de trabajo, desde los pupitres escolares y desde nuestros hogares a realizar una cadena humana de esfuerzo diario por mejorar como personas y hacer de la solidaridad, la cooperación y la tolerancia nuestra bandera común. Sabemos que vendrán tiempos mejores, que abrazaremos el progreso de nuestra patria de origen, en la que los panameños serán nuestros huéspedes de honor, pues, ¿qué venezolano no le ha prometido a un amigo panameño que cuando mejore su país lo va a llevar a conocer Morrocoy, los Roques o Margarita? Si usted es panameño y no ha recibido esa oferta, reclámeselo con propiedad a su amigo venezolano, ya que es un tiquete que esperamos que muy pronto puedan usar.
Nos despedimos con un abrazo lleno de esperanzas y de mucha fe para todos.