(EFE).- Panamá creó este lunes una unidad policial formada en seguridad fronteriza «destinada a la protección de los derechos humanos» de migrantes que llegan al país desde Colombia en su tránsito hacia Norteamérica, un flujo que se ha disparo en las últimas semanas.

Se trata de la Unidad de Seguridad Fronteriza Humanitaria, creada por el Ministerio de Seguridad Pública (Minseg) e integrada por 150 agentes del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).

Este personal recibió capacitación y formación sobre seguridad fronteriza, enfocada en la protección de los derechos humanos de la población migrante que está en el país en tránsito hacia Norteamérica, explicó el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino.

Cada año miles de migrantes irregulares movidos por traficantes de personas llegan a Panamá procedentes de Suramérica y con destino a Estados Unidos, en un flujo que ha generado crisis humanitarias en el istmo centroamericano en los últimos años.

«Panamá es respetuoso del Derecho Internacional Humanitario, y así lo hemos demostrado durante esta pandemia. El año pasado, fueron mejorados los aspectos humanitarios y de estadía de los migrantes en Panamá», aseguró el ministro de Seguridad.

El cierre de las fronteras en el 2020 por la covid-19 frenó la llegada de los migrantes irregulares, aunque no la detuvo, y produjo una aglomeración de estos viajeros en albergues situados en caseríos panameño indígenas del Darién, la peligrosa selva que sirve de frontera natural con Colombia.

Esta situación llevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) a emitir en mayo de ese año una resolución en la que ordenó al Estado panameño resolver el hacinamiento y garantizar el acceso a servicios sanitarios de esta población en tránsito.

Pino recordó que desde hace varios años Panamá y Costa Rica aplican el llamado flujo controlado de migrantes que entran a territorio panameño a través del Darién – la peligrosa selva que sirve de frontera natural con Colombia – para salir por Chiriquí y pasar a suelo tico.

Panamá busca tener esa misma coordinación con las autoridades colombianas y «próximamente» habrá «una reunión con autoridades de la República de Colombia, con autoridades de Cancillería y de Seguridad, con miras a suscribir un acuerdo de flujo controlado para mejorar el tema migratorio entre ambos países», dijo el ministro.

Las autoridades panameñas alertaron de un importante y repentino aumento de la llegada de migrantes irregulares a través del Darién y propusieron el 10 de abril pasado a Colombia aplicar un acuerdo que permita controlar ese flujo para que no se aglomeren en los poblados de la línea fronteriza, como ha ocurrido en otras ocasiones.

Ese mismo día, se informó que tres hombres y una mujer murieron aparentemente ahogados en la selva del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, cuando intentaban ingresar a territorio panameño.

Durante el primer trimestre de 2021 han ingresado de manera irregular a Panamá 7.150 migrantes, 4.403 solo en el mes de marzo, sin controles previos de bioseguridad, pese a las disposiciones en materia de salud vigentes en los países por los que transitan, según datos de la Cancillería panameña.

Se trata de familias enteras de haitianos pero también asiáticos, africanos y cubanos, de acuerdo con las autoridades panameñas e internacionales, que también han informado de un aumento exponencial de la presencia de infantes en estos grupos.