Por: Luis Herrera (*)

Desde que comenzó el gobierno interino de Juan Guaidó nos sumamos a apoyar, seguimos todas sus instrucciones: cabildos abiertos, asambleas e incluso las más difíciles y peligrosas como lo fue entregarle la Ley de Amnistía  en sus manos al embajador de la dictadura en Panamá.

El bravo pueblo respondió al llamado y los niveles de apoyo fueron enormes, al igual que las esperanzas. Pusimos la libertad de Venezuela por delante de cualquier bandera política.

Muchos hicimos propuestas esperanzados de que las mismas serían escuchadas, pero aquel eslogan que decía primero el pueblo, pero la falta de atención de las problemáticas que vivimos no fue le mayor problema, sino los escándalos de corrupción, y peor aún, la falta de respuesta y transparencia de los activos venezolanos en el extranjero y donaciones internacionales.

La designación de los embajadores  era la oportunidad perfecta para construir una unidad sólida de nuestra diáspora en el mundo, para darle herramientas a nuestros hermanos venezolanos que por año hemos estado huérfanos de una representación diplomática digna.

Desperdiciaron esa oportunidad, con sectarismo y partidismo barato. Necesitamos un liderazgo que hable con ejemplo y no con la demagogia y el populismo, recordemos que la Venezuela que queremos cambiar es para que los cimientos de la nueva Venezuela sean diferentes.

Nuestro liderazgo debe poner los pies sobre la tierra sobre los problemas reales que sufren los  venezolanos dentro y fuera de Venezuela. Como líderes debemos dejar de buscar privilegios, y ponerlos en los zapatos de los venezolanos a pie, de los más necesitados, los que más padecen.

¿Le ha servido a nuestros hermanos venezolanos acá en Panamá tantas fiestas, cócteles y despilfarro de la embajadora saliente? lo pongo en duda, hay que darle un giro al timón urgente y ser sincero con el pueblo, porque sinceramente no vamos bien.

Imposible corregir los problemas que nos negamos a reconocer, la crítica y las propuestas no pueden ser satanizadas, Venezuela no son sólo los secretarios de cuatro partidos políticos, Venezuela es mucho más que eso y es hora que todos demostremos que tenemos una voz, que el pueblo es el protagonista del cambio y no somos un espectador más, ahora más que nunca, es hora de cambiar.

(*) Venezolano, exiliado político en Panamá. Redes sociales @luisherrerauc