«La pandemia sigue ahí, no ha terminado», dijo enfáticamente este martes el ministro panameño de Sanidad, Luis Francisco Sucre, durante su comparecencia semanal emitida en cadena de televisión para todo el país.
Las autoridades sanitarias panameñas han advertido además durante las últimas horas de la llegada al país de las nuevas variantes de la covid-19 y han explicado que estás son más agresivas, más letales, e incluso pueden afectar y hacer enfermar, aunque no de manera grave, a las personas vacunadas.
Sucre advirtió a la población más joven, que es la que está resultando más afectada en esta tercera ola, y lamentó que «siguen celebrándose reuniones clandestinas» que violan las instrucciones y restricciones dictadas por el Ministerio de Sanidad (MINSA).
Las medidas adoptadas hoy afectan a varias zonas del país ajenas a la capital, donde se concentra la mayoría de población de Panamá y las principales actividades económicas y donde ya rige una cuarentena de 10 de la noche a 4 de la madrugada, establecida precisamente hace unas semanas para contrarrestar los efectos de esta tercer ola pandémica.
Esas medidas se limitan a aumentos del horario de cuarentena o adelanto de la hora de cierre para comercios.
Sucre insistió en que es necesario seguir usando la mascarilla y el escudo social, y mantener el distanciamiento social, incluso por parte de las personas que están vacunadas.
En Panamá se han registrado desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020 hasta este martes 402.591 casos de la covid-19, de los que han resultado en defunción 6.536, con lo que mantiene un nivel muy bajo de letalidad de 1,6 por ciento.
De los 12.389 casos activos actualmente, 11.706 son leves, 575 están en salas de hospitales y 108 en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Panamá, con una población de unos 4,28 millones de habitantes, ha recibido hasta la fecha un total de 1.807.740 dosis de vacunas, de Pfizer y AstraZeneca, de las que ha ha aplicado ya 1.501.657, aunque de esa solo 584 son segunda dosis.