Ecuador ha sido remecido en la última semana por manifestaciones de protesta contra medidas económicas impulsadas por el presidente Lenín Moreno.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, regresó a Quito desde Guayaquil, a donde se trasladó debido a las protestas, y dijo en su cuenta de Twitter que los diálogos para aplacar la crisis que ha estremecido la nación «ya están dando frutos».

Los diálogos impulsados por la ONU y la Conferencia Episcopal están basados en una agenda de seis puntos, incluyendo el desarrollo de sistema de riego, entrega de tierras, financiamiento y seguro agrícola, refinanciación de deudas, condonación de multas.

Naciones Unidas informó en un comunicado que junto con la Conferencia Episcopal mantiene reuniones preliminares con organizaciones de la sociedad para restablecer la paz y evitar una escalada mayor de la confrontación y garantizar condiciones para una protesta pacífica, respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.

«Nuestro propósito es explorar la posibilidad de generar un espacio seguro para que los actores principales encuentren una salida a la compleja situación del país», indicó el texto.

Moreno se mostró optimista el miércoles, indicando que recibió el reporte de que las marchas indígenas se desarrollaban con normalidad: «Me alegra que hayan separado de sus manifestaciones pacíficas a los elementos perniciosos».

En declaraciones a la cadena de televisión CNN, Moreno dijo el miércoles que se ha capturado a agitadores y se ha identificado «su procedencia y tiene bastante que ver con grupos terroristas (…) son grupos terroristas de afuera y de adentro, grupos criminaloides de acá también, de dentro de Ecuador».

El presidente ecuatoriano ha acusado a su antecesor, el exmandatario Rafael Correa, y al presidente en disputa de Venezuela, Nicolás Maduro, de estar detrás de las manifestaciones violentas en ese país que comenzaron la pasada semana. Ambos han negado participación en los hechos.