Una mujer venezolana murió este martes 24 de mayo mientras cruzaba a pie la abrupta frontera entre Chile y Bolivia, convirtiéndose así en la sexta migrante fallecida en un paso no habilitado en lo que va de año.

La víctima, de 59 años de edad, viajaba junto a su familia y se encontraba atravesando el paso fronterizo entre la pequeña localidad de Colchane (Chile) y Pisiga (Bolivia), en una zona andina a más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar.

Pese a las extremas temperaturas y a la pandemia del covid-19, esta parte de la frontera se ha convertido en los últimos meses en ruta habitual para que extranjeros lleguen a Chile de manera irregular.

«Quiero hacer un llamado al gobierno para reforzar la vía diplomática y las gestiones que permitan controlar el ingreso irregular de migrantes», instó en declaraciones a la prensa local el alcalde de Colchane, Javier García.

La entrada en febrero y marzo de más de un millar de extranjeros, principalmente venezolanos, provocó desabastecimientos y enfrentamientos, además del colapso del sistema sanitario, que obligó a instalar campamentos de cuarentena preventiva para los migrantes.

En respuesta, el gobierno chileno autorizó el despliegue de las Fuerzas Armadas y, en paralelo, apuró la aprobación de una nueva ley migratoria que facilita las expulsiones y que ha recibido un aluvión de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.

Hace un mes, y amparándose en este nueva norma, el Ejecutivo inició un proceso de deportaciones con el que pretende deportar a más de 1.500 extranjeros en 2021 y envió un primer avión a Venezuela con 55 personas que quedaron expulsadas del país.

Desde la ONU, instaron al gobierno a detener de inmediato estos procedimientos y alertaron de que se estaban realizando expulsiones sin evaluar los casos y sin ofrecer a los extranjeros un acceso efectivo a la justicia.