El Venezolano Panamá/Exclusivo
Tras el fatal accidente de tránsito en Gualaca, Chiriquí, el pasado 15 de febrero, en el que murieron 41 migrantes, Mateo (4 años de edad), uno de los pasajeros del autobús, perdió a su hermanito, un año mayor que él, a su padre y a un tío (venezolanos), quienes viajaban con él tras cruzar la selva del Darién con la esperanza de reunificarse con su madre, que llegó a los Estados Unidos desde mayo de 2022.
Dos de sus familiares están en Panamá, gracias a los donativos de la comunidad venezolana en Panamá y a la asistencia de las autoridades del Servicio Nacional de Migración, para ayudarlo a él y a su otro tío, sobreviviente también, a recuperarse de las heridas que les dejó el lamentable accidente en Los Planes de Gualaca cuando estaban llegando a la Estación Temporal de Recepción de Migrantes (ETRM).
Mateo es colombiano, de padres venezolanos, tiene una enfermedad congénita: Insuficiencia Suprarrenal, un trastorno que se presenta cuando las glándulas suprarrenales no producen la cantidad suficiente de ciertas hormonas. Aún así se ha recuperado milagrosamente de la fractura de su brazo, una herida abierta grande en la espalda y un golpe fuerte en uno de sus ojos.
“Se ha robado el corazón del hospital, todo el mundo lo conoce, muchas doctoras lo quieren muchísimo, hasta le han llevado “cajita feliz” y todos los días van a verlo aunque no llevan su caso,” aseguró su familiar que llegó hace una semana desde Venezuela para cuidarlo y que se siente muy agradecida con el personal del Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldia.
En comunicación con la madre de Mateo, la fundación Activados Panamá, informó a nuestro medio, que la misma pide que los Estados Unidos le permita reunirse con su hijo en dicho territorio, único miembro de su familia que le ha quedado luego de la tragedia de Gualaca. Al cierre de esta redacción no se conoce si será posible esta medida humanitaria.
Por lo pronto Mateo ha recibido el alta, el personal médico lo ha despedido con mucho cariño y sus familiares están muy agradecidos por la asistencia prestada.
Permanecen en territorio panameño esperando el pronunciamiento del Ministerio Público sobre la identificación de sus familiares que fallecieron, a quienes se le practicó pruebas de ADN.