“Es una masacre”, así fue descrita la explosión de una ambulancia bomba este sábado en Kabul, reivindicada por los talibanes y que causó al menos 63 muertos y unos 151 heridos, así lo confirmó el Ministerio de Salud afgano, sin embargo el balance de víctimas no ha parado de aumentar.

Con la ambulancia bomba los terroristas sembraron el pánico en un barrio muy concurrido de la capital afgana, que ha sido tildado como uno de los más sangrientos de los últimos años en Kabul.

“El suicida usó una ambulancia para saltarse los controles. En el primer control dijo que transportaba a un paciente al hospital Jamuriat”, explicó a la Afp Nasrat Rahimi, portavoz adjunto del ministerio del Interior.

“En el segundo control, fue identificado e hizo estallar su carga”, añadió.Los hospitales están desbordados y envían a los pacientes de un establecimiento a otro. El de la oenegé italiana Emergency se vio obligado a instalarlos en colchones o incluso sobre el césped.

El atentado fue reivindicado por el portavoz de los talibanes Zabihulá Mujahid en WhatsApp: “Un mártir hizo estallar su coche bomba cerca del ministerio del Interior donde había numerosas fuerzas policiales”.

La explosión fue de tal potencia que sacudió a la capital. Las ventanas de la oficina de la AFP, situada a casi dos kilómetros, vibraron; los vidrios de “Chicken Street”, la calle de los anticuarios a unos cientos de metros, saltaron en mil pedazos, así como los de todos los barrios a cientos de metros a la redonda.

Un fotógrafo de la AFP que acudió al lugar vio muchos cuerpos de víctimas ensangrentadas, “muertos y heridos” en las aceras y a habitantes ayudando a evacuarlos.

Muchas de las víctimas, entre las que figuran niños, están siendo tratadas en el hospital Jamuriat, que no da abasto.

“Es una masacre”, afirmó en Twitter Dejan Panic, coordinador de Emergency, que acompaña el mensaje con fotografías en las que se ven víctimas en los pasillos, en el patio y sobre el césped del establecimiento, a la intemperie.

Cundió el pánico. Los vidrios se hicieron añicos y fueron proyectados a cientos de metros a la redonda y un edificio situado cerca del hospital Jamuriat se agrietó y amenaza con derrumbarse, informó el fotógrafo.