La estudiante y modelo Mariam Habach Santucci, de 21 años, espera alzarse con la corona de Miss Universo para brindar «una alegría» a Venezuela ante la «difícil situación» económica que atraviesa la nación.
«Voy en busca de la octava corona para mi país, que en esta situación tan difícil necesita una gran alegría y estoy dispuesta a dársela», asegura a Efe la candidata en una entrevista en Manila, ciudad donde el lunes a las 08:00 hora local (00:00 GMT) empezará la gala final de la 65 edición de este certamen de belleza.
Habach, quien se ha impuesto en dos de los cuatro premios preliminares del concurso -Miss Flawless al mejor cuerpo y piel y Miss Phoenix Elegancia-, se postula como una de las favoritas para llevarse la codiciada corona.
Esta esbelta rubia nacida en el estado de Lara (noroeste) de padre sirio y madre italiana no puede evitar romper a llorar en la entrevista al hablar de Venezuela: «está pasando por una situación muy difícil, ya todo el mundo sabe cuál es, la gente está triste, la gente está decaída y me duele».
Al mismo tiempo, siente el «apoyo increíble» que le están brindando sus compatriotas y también la fuerte presión que supone ser la candidata de toda una potencia mundial cuando se trata de concursos de belleza.
«En Venezuela siempre está la expectativa de que su reina dé lo mejor, que esté muy bien vestida e impecable de maquillaje, y todos los que ven o siguen el concurso de belleza están a la espera de que la reina de su país gane. Trabajas bajo presión», confiesa Mariam.
Esta estudiante de odontología, con planes de formar una familia tan pronto como se lo permita su trabajo, es también muy activa en las redes sociales y acumula más de 750.000 seguidores en Instagram.
«Trato de mostrarme más natural, no como una chica inalcanzable porque somos seres humanos comunes y corrientes. No debemos dejar que te vean como una reina de belleza que no se puede tocar», afirma cuando se le pregunta por su estrategia para conquistar a los internautas de todo el mundo.
La venezolana compite junto a las representantes de 85 países que estos días participan en diversos actos y desfiles previos a la final, donde se hará una primera elección de las doce concursantes que han recibido más apoyos a través de la página web oficial del certamen.
El jurado compuesto por exmisses proseguirá con las cribas y sólo seis candidatas se enfrentarán a una entrevista, para posteriormente mermar a la mitad el número de aspirantes.
Las tres elegidas se subirán de nuevo a la pasarela en un último desfile para despejar las dudas del jurado que finalmente revelará el nombre de la ganadora de esta tardía edición de Miss Universo 2016.
Mariam, que con solo 5 años se subió por primera vez a una pasarela, define su posible victoria del lunes como «el sueño de toda mi vida, un logro, una superación», aunque asegura que si no lo consigue «tampoco sería un fracaso» ni la apartaría de su gran pasión, el mundo de la belleza.