Ahora, ¿Por qué se equivocan las encuestas si son un instrumento de medición científico?, las causas son muy variadas pues, van desde el diseño de la muestra, la elaboración del cuestionario, la supervisión en campo durante la recolección de las muestras y, el posterior procesamiento, la metodología que se use y, la parte más crítica, la interpretación y análisis que se haga de esos resultados.
Recientemente se celebraron elecciones en Colombia y la mayoría de las encuestadoras se aproximaron mucho a lo que termino siendo el resultado final de la elección, rescatando así la credibilidad que habían perdido. Ahora, estemos claro, las encuestas no son instrumentos de predicción del futuro, son una fotografía del momento pero, quienes las usamos como un instrumento de trabajo, miramos más allá de los datos fríos e iniciales y buscamos los conectores que nos permiten establecer tendencias y, de ese análisis se pueden desprender hipótesis y escenarios futuros.
En Colombia pasan a segunda vuelta Iván Duque y Gustavo Petro, que era lo previsible. Sin embrago en las últimas semanas de la campaña, tanto German Vargas Lleras como Sergio Fajardo, hicieron un esfuerzo enorme y le dieron cierto giro a sus campañas lo cual hizo que el escenario sobre quien pasaría a la segunda vuelta fuera más incierto.
Vargas Lleras afianzó y aposto todo por las maquinarias electorales, haciendo negociaciones con lo que en Colombia llaman los “varones electorales”, es decir dirigentes de vieja data que, acostumbrar a tener control sobre ciertos dirigentes locales, que a su vez, controlan cierto número de electores. Es un esquema piramidal que, ante un escenario de amplia abstención –recordemos que 48% se abstuvo- tendía a ser costoso y eficiente pero, por los resultados obtenidos por Vargas Lleras, quedo muy claro que solo fue costoso y para nada eficiente.
Sergio Fajardo por su parte intensifico sus recorridos por el país, cambio su discurso a uno donde comenzaba a fijar posturas más claras sobre los problemas del país –cosa que por meses evito, tratando de evitar polémicas y estar bien con Dios y con el diablo- y logro un repunte interesante que lo dejo apenas a 1,5% de entrar a la segunda vuelta.
Por la veda electoral que no permite –en Colombia- publicar encuestas 8 días antes de las elecciones, ¿Qué hubiese pasado si se hubiese publicado un par de días antes de la elección esa encuesta donde se reflejaba el repunte de Fajardo?
En mi experiencia, la incidencia hubiese sido marginal, pues las noticias y los hechos toman cierto tiempo para, en primer lugar, llegar a las masas y, en segundo lugar, las masas requieren tiempo para procesar esa información y hechos.
La comunicación política moderna entiende claramente y, tiene las herramientas, que permiten no solamente dibujar todos los escenarios posibles sino que va más allá y permite diseñar estrategias y mensajes para impactar y conectar de manera orgánica con los ciudadanos y, en la mayoría de las campañas en Colombia, muchas de esas herramientas no fueron usadas, por lo cual el “sprin” final que hizo Fajardo sencillamente no le alcanzó para pasar a segunda vuelta y, si bien, las encuestas reflejaban esa “subida” de Fajardo, publicar o no la encuesta no le hubiese servido de mucho.
En Panamá hay toda una polémica justamente por ese tema de la veda de las encuestas, pues el nuevo código electoral prevé que la misma sea de 20 días. ¿En qué estaban pensando los legisladores cuando aprobaron esa norma?, la única explicación que encuentro es esa falsa creencia de algunos candidatos de que las encuestas tienen una alta incidencia en la decisión electoral. No es así y lo comentamos en párrafos anteriores sin embargo, ante la incertidumbre que esto ha generado, una institución académica como ADEN dentro del marco de su estrategia de crear ADEN Government School, organizó, un foro debate con distintos actores para discutir el tema y lo ha titulado “Las encuestas, ¿Herramientas de medición o manipulación? el mismo título que usado para este artículo pues viene con anillo al dedo a al debate político actual.
Por lo pronto, lo que habría que preguntarse es si esa veda de 20 días, ¿Afecta o no la libertad y el acceso a la información?