Las encuestas de empresas de trayectoria y otras de firmas sin mayor recorrido cohabitan en Venezuela antes de la elección presidencial del 28 de julio, sin temor a sanciones por resultados inexactos. Expertos advierten que algunos sondeos son “armas de propaganda” del chavismo y la oposición.
Muchos venezolanos aseguran que están ante disímiles encuestas con resultados desiguales en la campaña para la elección presidencial del domingo 28 de este mes: al menos 6 encuestadoras dan como favorito al candidato opositor, Edmundo González Urrutia, y otras tantas inclinan sus balanzas a favor del aspirante a la reelección, el presidente Nicolás Maduro.
Los sondeos de firmas de trayectoria en el entorno político venezolano, como Datanálisis, Datincorp, Delphos y Consultores 21, así como la incipiente Poder y Estrategia, del politólogo Ricardo Ríos, afirman que el postulado del antichavismo acumula más de 50 % de la intención de voto.
Sin embargo, otras, como Hinterlaces y algunas prácticamente desconocidas en el mercado venezolano o de reciente data, entre ellas Polymarket, IMC Orientación y DataViva, concluyen que Maduro lidera sus encuestas con entre 54 % y 70 % de la preferencia. Otra, CECA Consultores, habla de un empate técnico inclinado ligeramente hacia la oposición.
Entonces, ¿a quién creer? En realidad, ¿cuál candidato tiene la mayor probabilidad de triunfo? El sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos Juan Manuel Trak sostiene que Venezuela acumula ejemplos de sondeos manipulados con fin propagandístico.
“En contextos democráticos normales, las encuestas son una fotografía de cómo se distribuye el electorado entre las diferentes ofertas políticas de una elección dada, que puede variar desde el momento que se hace la encuesta hasta la elección”, explica. Sin embargo, también existe un escenario donde su uso en sistemas autoritarios de gobierno busca generar matrices de opinión falsas. Es el caso de Venezuela, asegura.
“En el caso venezolano, las encuestas están siendo sistemáticamente usadas como arma de propaganda electoral para generar un clima de opinión sobre el posible resultado de la elección”, comenta Trak en conversación con la Voz de América.
En medios de comunicación y cuentas de redes sociales afines al gobierno, afirma, se divulgan encuestas “abiertamente falsas y manipuladas” de compañías “sin trayectoria demoscópica demostrable” y “mala reputación”.