El patrullero de la Policía Edwin Caro fue asesinado el miércoles cuando les solicitó una requisa a dos hombres que se movilizaban en motocicleta negra por un concurrido sector de Bogotá.
En el intercambio de disparos el compañero de Caro abatió a uno de los sujetos quien también falleció, mientras que la otra persona fue capturada.
Según las autoridades, los dos hombres, de nacionalidad venezolana, son sospechosos de pertenecer a una banda criminal que se dedica a asaltar a ciudadanos cuando retiran altas sumas de dinero de los bancos.
«Primero asesinan y luego roban, necesitamos garantías para los colombianos», dijo la mandataria local en una declaración que ha sido criticada por sectores que señalan un tinte de xenofobia en sus palabras.
López recordó que esta no es la primera vez que un agente de seguridad es asesinado en Colombia por un venezolano y aseguró que la ciudad «no escatimará los recursos que sean necesarios» para combatir el crimen y para judicializarlo.
«FACTOR DE INSEGURIDAD»
«En este caso (asesinaron) a nuestro policía, a Edwin Caro, por responder a una requisa, siguiendo un procedimiento absolutamente lícito», dijo y agregó que en esta ocasión el uniformado fue atacado precisamente «en cumplimiento de las estrategias de protección de la ciudadanía».
Esta no es la primera vez que la alcaldesa de Bogotá vincula el aumento de la inseguridad en la capital con los delitos cometidos por algunos migrantes venezolanos, aunque señaló que esas conclusiones son respetuosas y no buscan generar «ningún acto de xenofobia».
«La inmensa mayoría de los migrantes son gente humilde, huyendo de una dictadura, pero los hechos son tozudos y los hechos demuestran que (hay) una minoría de migrantes venezolanos profundamente violentos que matan para robar, que matan por una requisa, como pasó en este caso son un factor de inseguridad enorme en nuestra ciudad», agregó López.
RECHAZO A LA ESTIGMATIZACIÓN
Sin embargo, Migración Colombia ha insistido en que no se puede responsabilizar exclusivamente a los migrantes venezolanos de la inseguridad en el país, aunque aclara que esto no les exime del cumplimiento de las leyes.
Hasta el 31 de diciembre en Colombia estaban radicados 1.729.537 ciudadanos venezolanos, de los cuales el 44 % se encontraba en situación regular y el 56 % en condición irregular.
Al entregar ese dato, el pasado 29 de enero el director de la entidad migratoria, Juan Francisco Espinosa, reiteró que no hay que estigmatizar a la población venezolana que llega a Colombia por una «imperiosa necesidad» debido a la «difícil situación en su país».
«La gran mayoría de migrantes venezolanos tiene un comportamiento adecuado, son personas que están saliendo adelante con sus familias», aseguró.