Julio Borges confía en que este mismo año se puedan celebrar unas elecciones presidenciales limpias y con observación internacional. Foto: David Alejandro Chacón.

El ex presidente de la Asamblea Nacional explicó que el régimen de Maduro está “sin oxígeno” y es cuestión de días para que el país cambie su rumbo

 

El diputado y ex presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, llegó el jueves 22 de febrero a Panamá para iniciar una gira que lo llevará por México, Argentina, Chile, Estados Unidos, entre otros países.

“La idea es visitar la mayor cantidad de naciones antes del 22 de abril (fecha pautada por el régimen para las elecciones presidenciales) para prender las alarmas y que el mundo sea parte de este frente amplio por la paz y la democracia en Venezuela”, dijo el diputado en entrevista exclusiva con EV Panamá.

Borges, quien llegó al Istmo desde República Dominicana, fue recibido por el presidente panameño Juan Carlos Varela. Ambos se reunieron en el palacio presidencial.

“Estoy muy agradecido con Panamá por aceptar nuestra visita”, dijo Borges, quien agregó que en el exterior se ha topado con muchos compatriotas que le han expresado su deseo, una vez caiga el actual gobierno, de regresar a la patria de Simón Bolívar.

“Venezuela se ha convertido en un dolor de cabeza no solo en la región, sino en buena parte del planeta por una cantidad de temas que tienen que ver con corrupción, crimen organizado y desestabilización de otros países, entonces llegó la hora actuar. No hay marcha atrás”, opinó.

¿Nuevo gobierno en 2018?

Está completamente convencido de que este mismo año habrán nuevos aíres en Venezuela. “Nunca antes habían estado tan dadas las condiciones para un cambio de Gobierno. Yo sé que la gente dice que todos los años se escucha lo mismo, pero ahora todo es diferente. Los problemas del país son graves y la presión internacional está creciendo cada día más”.

 

Según el diputado, la no firma del acuerdo en República Dominicana entre oposición y gobierno, causó un terremoto en el régimen que ni ellos mismos se esperaban, por lo que ahora toca seguir denunciando y crear más presión internacional y nacional para de una vez por todas liberar a Venezuela.

“Están acorralados y no tienen margen de acción. Casi ningún país reconoce las elecciones fraudulentas del 22 de abril y más de 80 naciones ni siquiera le dan importancia a la Asamblea Nacional Constituyente. A los venezolanos les digo, Venezuela está a punto de ser libre y no es el momento de desmayar, al contrario, tenemos que ser más fuertes ahora para reconstruirla”.