El artista venezolano se ha propuesto dar a conocer su obra en otros países. Foto: Corina Briceño

El artista, de origen marabino, se encuentra en Panamá explorando el mercado artístico para dar a conocer algunas de sus obras más importantes

El arte es una mentira que nos acerca a la verdad, reza una frase de Pablo Picasso, creador del cubismo y la estética moderna. El pintor venezolano Hermes Baptista replica la misma idea. Admira a Picasso por su inteligencia y personalidad. “El arte te ofrece la posibilidad de desentrañar lo que el ojo humano no percibe a simple vista. Nadie tiene la verdad absoluta. Lo que para mí puede ser verdad, para otro resulta una mentira. Cada quien tiene su criterio”, señala Baptista, quien actualmente reside en Panamá.

Su carrera comenzó en Maracaibo, en la escuela de arte Julio Arraga. “Jesús Soto fue uno de sus últimos directores, luego se fue a París”, recuerda. Baptista tenía 15 años de edad cuando descubrió sus habilidades artísticas, en principio deseaba convertirse en un famoso retratista pero lo olvidó cuando se enamoró de la pintura bidimensional. Aprendió a pintar sobre tela y diversas superficies. En los últimos diez años también se ha dedicado a la escultura.

En sus obras destaca la figura femenina, pero también se ha decantado por el arte abstracto, los paisajes e incluso los retratos. La inspiración la encuentra en su entorno, en las tierras caribeñas, en los rayos del sol, en el trópico y su paleta de colores. Cree en la disciplina, en el trabajo ordenado, en el tiempo invertido a la hora de crear. “Eso también forma parte de la inspiración”, resalta el pintor. “He pasado por varias etapas. La mujer está presente porque es un símbolo universal, de la cultura, de la identidad de un país. Ahora estoy en una obra libre, utilizo el pincel y la espátula para buscar un resultado, una obra que hable por sí misma. A fin de cuentas, eso es lo importante, que la obra tenga un lenguaje propio”, afirma Baptista.

A lo largo de los años ha construido su estilo pero, según dice, todavía le falta labrar el camino para que su obra sea representativa donde sea que se encuentre. “Quiero que la gente la vea y la identifique como una pieza de Hermes Baptista, esa es mi meta. También quiero darla a conocer en otros países, por eso estoy aquí en Panamá”.

Además de estudiar en la escuela de arte Julio Arraga, Baptista asistió a la Academia Experimental de Arte Neptalí Rincón, en Maracaibo, y en 1992 entró a formar parte del taller de María Pilar Solaeche, a quien considera su mentora y amiga. Ha presentado dos exposiciones individuales: “Huellas Vivientes” (1992) y “A vuelo de pájaro” (1993).  Actualmente expone en una exhibición itinerante sobre la vida del Libertador Simón Bolívar, en Italia.

El artista venezolano se ha propuesto dar a conocer su obra en otros países. Foto: Corina Briceño

Internacionalización

Trinidad y Tobago, Aruba, Estados Unidos son algunos de los países en los cuales Baptista ha dado a conocer su obra. Gracias a Solaeche, también pintora, marchante y promotora, aprendió a mercadearse por su cuenta, a vender sus propias obras y a crear un portafolio. “Ella me enseñó a relacionarme, entonces empecé a visitar a personas interesadas en mi obra, a hablar con ellas y a manejarme yo solo. Los cuadros pueden pasar hasta un año en una galería y no se venden”, señala.

De esta manera, el artista ha logrado levantar una red de compradores y amistades alrededor del mundo que comprende arquitectos, diseñadores de interiores, urbanistas y coleccionistas, y se ha mantenido alejado del esquema tradicional que ofrecen las galerías, por considerar que no brinda muchos resultados, además de otras particularidades, destaca.

Baptista es determinante en sus ideas y le gusta trazarse metas. No cree que un cuadro deba ocupar un espacio para combinar con el entorno o la decoración de un ambiente. Tiene su propia opinión sobre los galeristas y confía en que el intercambio entre una obra de arte y su espectador es un encuentro meramente enriquecedor. “Ahí siempre hay una retroalimentación mutua, el ojo del artista ya está educado para ciertas cosas y puede que no vea lo que otros sí ven”. Ese es el principio del arte.

En pocas palabras:

Un lugar: Panamá
Una comida: pabellón criollo
Un libro: “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda
Una canción: “Imagine” de John Lennon
Una frase: “El arte es una mentira que nos acerca a la verdad”, Pablo Picasso.