El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, aseguró este lunes que el 95 por ciento de los aviones que son utilizados para transportar drogas a Centroamérica y México «salen de Venezuela».

«Centroamérica es una zona geopolítica estratégica, vecina con México» y «Guatemala es un puente para el tráfico de drogas desde Suramérica hacia Estados Unidos», enfatizó el mandatario durante su participación en el Foro Parlamentario de Inteligencia y Seguridad en el Congreso guatemalteco.

Giammattei explicó que hace tres días las «fuentes humanas» tomaron una foto en una pista en Venezuela, de donde afirmó sale el 95 por ciento de las aeronaves con drogas hacia Honduras, Guatemala, Belice y México.

«Estamos en medio del mayor productor y del mayor consumidor», agregó el presidente en referencia a Sudamérica y Estados Unidos, y por eso «Guatemala se convierte en un territorio táctico para el tráfico ilícito dr las drogas», añadió.

El mandatario guatemalteco sostuvo que su país es «un aliado estratégico» de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y que su cooperación ha permitido avanzar en la reducción de la migración irregular, de las drogas y el combate a la corrupción y el lavado de dinero.

«Los hilos de la migración irregular son manejados por estructuras del crimen organizado con ramificaciones en Centroamérica y se calcula que los ingresos son entre 4.000 y 6.000 millones de dólares al año», expuso el jefe de Estado.

«Es una industria productiva entrelazada con el narcotráfico son la principal fuente de corrupción en nuestro país y amenazan la estabilidad política y las elecciones libres de cualquier nación», opinó.

Giammattei reiteró que el 95 por ciento de las trazas aéreas vienen de Venezuela y «si nosotros sabemos de dónde vienen, por qué el mundo no actúa de donde viene la droga».

El presidente guatemalteco manifestó en su discurso que el tráfico de drogas ha provocado una descomposición social y corrupción y que los países aislados no pueden derrotar al crimen organizado por el poder que les da el dinero.

Esas estructuras hay que enfrentarlas «juntos y hacerlo transnacionalmente», concluyó Giammattei en el foro.