United Way Panamá hizo posible esta actividad basados en el voluntariado venezolano que desde hace varios años apoyan y participan en todos los eventos, haciendo un arduo trabajo por Panamá lo que ha hecho que se puede avanzar en el propósito principal que es velar por la niñez más vulnerable, así lo aseguró Marisa Arias directora de la organización.
La jornada estuvo enmarcada en la Escuela Cerro Viento Rural, la cual abrió sus puertas para que se pudiera construir un parque infantil, hacer la siembra de más arboles, repotenciar la pintura y crear murales para armonizar el ambiente. Estas actividades fueron posible gracias al apoyo de todos los voluntarios y de empresas que marcaron la gran diferencia como: Articruz, Sembrarte, Pinturas Montana, y Allbank.
Gestos de mucha solidaridad se vivieron este día, cuando luego de recibir las palabras de la directora de United Way Panamá en el inicio de la jornada, la supervisora del Ministerio de Educación de San Miguelito, profesora Zoraida Castillo, manifestó que si se pueden lograr grandes cosas juntos, lo demuestra la misma escuela que le ha abierto las puertas a los niños venezolanos que hoy cursan estudios en dicha institución educativa. Se proyectó a los asistentes vídeos de los niños de los preescolares del Dividendo Voluntario para la Comunidad en la ciudad de Caracas, a quienes estaba dedicada la actividad que entre otras cosas, se encargó de reunir un gran donativo de alimentos para ser enviados cuanto antes. La empresa Gold Mills sorprendió a todos con su aporte.
El momento cumbre de la actividad fue la presencia del gran artista venezolano Carlos Cruz Diez, quien vino a ser testigo de los murales decorativos que su equipo del taller de arte Articruz estaban realizando en pro de la niñez panameña.
La jornada estuvo cargada de mucha música y alegría, los voluntarios, maestros y alumnos de la institución se unieron en la tarea de hacer brillar el recinto estudiantil, el toque especial lo puso las entusiastas chicas de Doctor Yaso Panamá quienes se sumaron al voluntariado y entre juegos y canciones transformaron la atmósfera para el disfrute de la actividad.