Después de la victoria electoral el domingo, el gobierno del presidente Nicolás Maduro recibió un fuerte rechazo internacional y una primera embestida de sanciones de Estados Unidos.

El Grupo de Lima, que congrega a Canadá y 13 países latinoamericanos, llamó a consultas a sus embajadores en Caracas y acordó reducir el nivel de relaciones diplomáticas» y bloquear fondos internacionales.

“El presidente de Estados Unidos lo primero que ha hecho es imponer más sanciones contra la deuda pública venezolana (…) es seguir forzando por medidas absolutamente ilegales en apego a la locura (…) es seguir forzando a Venezuela”, dijo Jorge Arreaza, canciller de Venezuela.

Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y jefe de campaña de Maduro, también respondió a quienes cuestionan el proceso del domingo:

«A nosotros no nos importa lo que opinen estos, ni siquiera son los pueblos, nosotros somos hermanos de los pueblos de esos países».

Rodríguez reiteró el llamado de Maduro a convocar una mesa de diálogo…

«Estamos dispuestos al diálogo con todos los sectores y todos los países, pero que nos impongan algo, olvídense».

Otras iniciativas similares fracasaron en el pasado y la oposición descartó desde ya participar, según dijo el jefe del Parlamento, Omar Barboza

«No nos sumamos a nada que viole la Constitución e irrespete la soberanía popular».

Barboza habló en nombre del llamado Frente Amplio, que agrupa no solo a partidos opositores sino a miembros de la sociedad civil. Y en su discurso, no descartó acudir a elecciones este mismo año.

«Seguimos luchando por unas elecciones libres, con garantías y observación internacional para que se celebren el último trimestre de este año», agregó.