No hay que distraerse con la propuesta de Maduro de una Asamblea Constituyente comunal (que no aparece en la Constitución) ni tampoco con una Constituyente militar. La dictadura negó el Referéndum Revocatorio y las elecciones de gobernadores (que sí están en la Constitución) para que ahora nos vengan con ese cuento de que solo con una Constituyente tendremos paz.
La única forma de recuperar el estado de derecho, la libertad y la tranquilidad será cuando Maduro y su tiranía salgan de Miraflores y de nuestras vidas para siempre. Para ello estaremos en la calle el tiempo que sea necesario.
Hablemos claro, como bien lo expresara el jurista venezolano, Asdrúbal Aguiar, exmagistrado de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos en un programa con Fernando Londoño, La Hora de la Verdad: «En nuestro país no existe una copia del régimen comunista cubano, no. En Venezuela lo que existe es «el patrón del mal», Pablo Escobar y sus matones, ocupando la presidencia de la República. Una narco dictadura militar que ha secuestrado la estructura del Estado, desde allí, han cometido crímenes calificados de lesa humanidad, porque son asesinatos sistemáticos, generalizados y con motivación política».
Y agregó más el magistrado Aguiar cuando se refirió a los escuálidos respaldos internacionales que le quedan a la tiranía venezolana: «Quienes todavía tienen la cachaza de apoyar al dictador Maduro, es porque algo tienen que ver con el negocio del narcotráfico».
La Gran Alianza Nacional, GANA, ha expresado en varios comunicados que la represión brutal ejercida por el régimen contra ciudadanos que protestan de manera pacífica en todo el territorio nacional, ha llevado la crisis a un punto sin retorno, imposible de resolver con pactos, diálogos y/o elecciones, porque no se puede votar con las reglas del dictador. Cada día se enluta, al menos, un hogar venezolano, nuestros hijos son encarcelados, acusados y ahora juzgados por tribunales militares siendo civiles, por el único delito de aspirar a una Venezuela mejor, con presente y futuro, ahora confiscados. Hay que ponerle fin a esta tragedia.
Se hace imperativo, por tanto, hacer valer el acuerdo del pasado 9 de enero de la Asamblea Nacional que destituyó a Maduro por «abandono del cargo» y, seguidamente, desconocer y renovar al Tribunal Supremo de Justicia, al organismo electoral y al Poder Moral, todos al servicio de la dictadura violentando la Constitución Nacional. Del día después, hablaremos en un próximas columnas.
Por ahora, debemos acompañar al presidente del parlamento, Julio Borges, quien ha dado un paso muy importante al desconocer la autoridad de Maduro con su reciente visita a Washington, en la que planteó al Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, Luis Almagro, se desconozca la petición hecha por el régimen de Maduro de sacar a Venezuela de la OEA.
El dictador venezolano ha perdido el apoyo internacional. El mundo lo califica como un violador de los derechos humanos y, nacionalmente, es abucheado por el pueblo que ha ocupado las calles para pedir ¡que se vaya ya! La Fuerza Armada Nacional institucional, debe hacer honor a su juramento de defensa de los ciudadanos y de nuestra soberanía. Desconocer las órdenes de un Alto Mando Militar que ilegalmente manda reprimir a una sociedad que solo busca alcanzar la libertad. Ha llegado la hora de bajar los fusiles y acompañar al pueblo en el rescate de la democracia.