El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realiza un gesto de celebración en una imagen de archivo tomada en la Casa Blanca, el pasado 31 de enero.

El Senado de Estados Unidos exoneró este miércoles al presidente Donald Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso, presentados por la Cámara de Representantes a finales del mes diciembre.

El juicio, presidido por el magistrado del Tribunal Supremo John Roberts, concluyó con dos votaciones -una por cada cargo- marcadas por el carácter partidista que ha determinado todo el proceso.

El tercer juicio político a un presidente en la historia de Estados Unidos terminó con un resultado de 52 votos en contra y 48 a favor en el caso del cargo por abuso de poder; y de 53 votos en contra y 47 a favor en el de obstrucción al Congreso.

El único legislador que osó saltarse la disciplina de partido fue el senador por Utah Mitt Romney, quien votó consideró a Trump culpable de la acusación de abuso de poder.

«El presidente es culpable de un espantoso abuso de la confianza pública. Lo que hizo no fue ‘perfecto’, no. Fue un ataque flagrante a nuestros derechos electorales, a nuestra seguridad nacional y a nuestros valores fundamentales», justificó el senador durante la última sesión del juicio político.

A pesar de que, finalmente, el resultado podrá considerarse técnicamente como bipartidista, la realidad es que los demócratas nunca estuvieron cerca de lograr su objetivo de destituir a Trump.

Para forzar la salida del mandatario era necesaria una mayoría cualificada de dos tercios en la Cámara Alta, algo que desde el primer momento se antojó inalcanzable debido al cerrado apoyo que brindaron al presidente los miembros de su partido.

La conexión con Ucrania

De esta manera, concluyó el juicio político más breve de la historia de Estados Unidos, un proceso que comenzó en septiembre del año pasado, cuando salió a la luz que el mandatario había condicionado la entrega de 391 millones de dólares en ayudas a Ucrania a que el gobierno del presidente Volodymyr Zelensky anunciara dos investigaciones que debían facilitar la reelección de Trump en los comicios del próximo mes de noviembre.

Un evento crucial en el inicio del juicio político fue una llamada telefónica -realizada el 25 de julio de 2019- en la que Trump instaba a Zelenskiy a que investigara al hijo de Joe Biden, uno de sus principales adversarios políticos, así como una teoría desacreditada de que Ucrania -no Rusia- interfirió en las elecciones estadounidenses de 2016.

Según los demócratas, Trump abusó del poder de la Presidencia para que un presidente extranjero iniciara una investigación sobre su principal rival electoral, con el fin de obtener un beneficio político, lo cual abrió la puerta a que un gobierno extranjero se involucrara en un proceso electoral estadounidense.

El presidente, no obstante, siempre defendió que su conversación con Zelenskiy fue «perfecta» y que el juicio era una «caza de brujas» emprendida por una oposición que nunca aceptó su victoria en las elecciones de 2016.

Apoyo del Partido Republicano

Al conocerse la sentencia, la presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC), Ronna McDaniel, celebró el resultado y se hizo eco de algunos de los argumentos esgrimidos por Trump durante los últimos meses.

«El voto de hoy para absolver al presidente Trump pone fin a la más reciente cacería de brujas, un momento oscuro en la historia de nuestra nación (…). Una vez más, los demócratas han fallado en su búsqueda de borrar los votos de 63 millones de estadounidenses y destruir a un presidente debidamente elegido», señaló McDaniel en un comunicado.