Mide 2.04 metros, pesa 128 kilogramos y juega con el equipo más famoso de las Grandes Ligas, los Yankees de Nueva York. Esas simples credenciales sirven para llamar la atención, sin embargo, este poderoso bateador tiene revolucionada las Grandes Ligas.
Se llama Aaron Judge, jardinero derecho de los Yankees, y cuando cerró esta edición lideraba la Liga Americana en promedio de bateo (.344), jonrones (21) y carreras remolcadas (44), en apenas, lean bien, dos meses de temporada. El número 99 de Nueva York está, como decimos en este ambiente, “matando la liga”.
Judge será el Novato del Año de la Liga Americana cuando termine la temporada, de eso no tengan la menor duda, pero también, pregunto, ¿podrá ser el Jugador Más Valioso del joven circuito?
La hazaña, vamos a llamarla así, solo la han conseguido dos peloteros en la historia de la gran carpa. Fredd Lynn, de los Medias Rojas de Boston en 1975 e Ichiro Suzuki, con los Marineros de Seattle, en 2001. Ya imaginarán lo difícil que es conseguir ambos premios en una misma campaña.
No tiene techo
El intertítulo no tiene nada que ver con su estatura, no se confundan, pues Aaron es un diamante en bruto que cada día sorprende más. No solo es un bateador letal que es capaz de conectar el jonrón más rápido en la historia de este deporte, 121 millas por hora (según medición de Statcast), pues con su defensa también destaca.
Es segundo entre los guardabosques derechos de la Americana en porcentaje de fildeo con .983, con apenas dos errores en 489 episodios. En el Range Factor, estadística que mide el número de outs en las que participa un jugador, es cuarto con 2.02. Por si fuese poco, su brazo es de lo mejores.
Es cierto, es temprano para pensar en el premio Jugador Más Valioso y una Triple Corona de bateo, pero el jardinero está deslumbrando con todo su talento. Su mánager, Joe Girardi, ya lo compara con un futuro Salón de la Fama y líder absoluto de la novena asentada en El Bronx.
“Él se me parece a Derek (Jeter). Siempre tiene una sonrisa. Le encanta jugar y siempre piensas que va a hacer lo correcto en el campo y fuera del terreno. Todos los días juega para ganar y eso es lo más importante al final de cada jornada”, dijo el estratega.
Su compañero de equipo, Matt Holliday, también soltó elogios para el pelotero californiano. “Simplemente míralo en la práctica de bateo. Golpea la pelota a 550 pies, es algo impresionante. Con su estatura y peso, puede correr y lanzar y eso no lo ves todos los días. Jamás he visto algo parecido. Todo el estadio se detiene cuando viene a batear. Es un espectáculo”.