La conferencia internacional de donantes, organizada por la Unión Europea para recaudar fondos y asistir a los países de recepción, así como a los venezolanos migrantes y refugiados, logró recaudar 2.544 millones de euros en contribuciones (2.790 millones de dólares) y 595 millones de euros (653 millones dólares) en donaciones.
Según informó la canciller española, Arancha González Laya, el «llamamiento a la solidaridad ha sido respondido con entusiasmo» y reiteró que los países receptores del dinero son responsables «de gestionar responsablemente los recursos».
Señaló que lo importante es que «los fondos comprometidos hoy nos van a permitir cumplir a corto plazo con el objetivo de aliviar la emergencia humanitaria y a más largo plazo poder construir desarrollo».
González Laya envió un mensaje a los venezolanos que se encuentran dentro o fuera de su país: «no están solos… La comunidad internacional no les olvida, les apoya y vamos a seguir trabajando para aportar soluciones, así como apoyar el retorno a la democracia en Venezuela».
Durante el evento, que se llevó a cabo de manera virtual, Josep Borrel, alto representante y vicepresidente de la comisión Europea, había anunciado que la Unión Europea aportará «144 millones 200 mil euros en fondos nuevos de ayuda humanitaria, cooperación de desarrollo y prevención de conflictos». Además, el Banco Europeo de Inversiones «pondrá a disposición de los países receptores de migrantes 400 millones de euros en préstamos».
Estados Unidos también se destacó con una aportación de más de 200 millones de dólares.
Canadá anunció un aporte de 27 millones de dólares para afectados por la crisis. Según el gobierno canadiense, con ello se suma un total de «casi 80 millones de dólares en los últimos dos años».
La ministra española también anunció un paquete de ayuda de 50 millones de euros por tres años para ayudar en la región, en particular énfasis en Colombia, Perú y Ecuador.
Japón, Alemania, Países Bajos, Portugal, Suecia, Emiratos Árabes Unidos, Finlandia, Luxemburgo, Austria, Grecia, Reino Unido, Suiza, Italia, Croacia, Malta, Eslovenia, Irlanda, República Checa y Francia fueron otros países que anunciaron importantes aportes.
Graves efectos en la región
Durante la apertura de la conferencia, la canciller española sostuvo que “es perentorio atender a esos millones de venezolanos, hombres, mujeres y sobretodo jóvenes y niños que llevan a cuestas sus vidas por Colombia, Ecuador, Chile y otros países de la región buscando un hogar y una vida digna para sus familias”.
Josep Borrel agregó que «todos los países de la región se han visto afectados por este movimiento de personas que buscan legítimamente una vida con mayor seguridad y prosperidad». Y resaltó el trabajo en los países de acogida, especialmente en Colombia.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos OEA pidió no olvidar «que #Venezuela sufre un régimen criminal». Y agregó que el impacto que han recibido los venezolanos se debe al «aparato de corrupción de la dictadura».
Claudia Blum, ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, expuso el nivel de desfinanciación de la segunda migración forzada más grande del mundo, que afecta principalmente a los países de Latinoamérica y cuyos efectos se han agravado por causa de la pandemia.
Señaló que, a pesar de los 1,8 millones de migrantes venezolanos que se encuentran en su país, Colombia «no puede cubrir por sí solo los gastos de asistencia al gran número de migrantes venezolanos, en particular en el marco de la emergencia del COVID-19″.
El canciller de Chile también se pronunció y dijo que “ha sido una migración positiva y valorada. Esto ha implicado grandes desafíos para satisfacer las necesidades de esta población», mientras que Ernesto Fraga Araújo, canciller de Brasil afirmó que «los venezolanos huyen del peor régimen totalitario que América Latina jamás haya conocido, liderado por Nicolás Maduro».
También se pronunciaron, entre otros, los cancilleres de Paraguay, Argentina, Bolivia y Uruguay.
El Gobierno en disputa de Venezuela rechazó la conferencia y reitera el papel de EE.UU. como responsable de la crisis del país: «Para ocultar la responsabilidad y el fracaso de EE.UU. en la operación mercenaria contra Venezuela, la UE guardó silencio cómplice. Ahora, en una estrategia de comunicación coordinada entre Washington y Europa, vuelven con las narrativas de la migración y la falsa ayuda humanitaria», escribió en Twitter el ministro de Exteriores del gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza.
Agradecimiento y llamado de atención de presidentes
El presidente de Colombia Iván Duque advirtió que «si no termina la dictadura en Venezuela, esa situación se va agravar y más en el campo de una pandemia como estamos viviendo con el COVID-19.
“Porque hemos visto la situación de las unidades de cuidados intensivos altamente precarias, la poca información epidemiológica, la poca certeza sobre la información de contagios y de decesos que pueden constituirse en una bomba de tiempo, donde ante las carencias eventualmente se van a presentar más presiones en los países limítrofes”, agregó.
Duque comparó la ayuda internacional que se ha recibido en otras crisis con la de Venezuela: «Los aportes internacionales para enfrentar esta situación puede estar por debajo de los 200 dólares por migrante. Si miramos otras crisis, por encima de dos mil dólares por migrante».
Por eso, dijo que es importante que se garanticen los recursos en el mediano y en el largo plazo y una vía que garantice un fácil desembolso de los recursos.
Por su parte, el presidente ecuatoriano Lenin Moreno, dijo que «nadie abandona la tierra amada por voluntad propia. Los venezolanos se han visto obligados a abandonarla» y agregó que “Ecuador siempre ha sabido valorar la ayuda recibida, no obstante queda mucho que hacer que debe ser una responsabilidad compartida (…) Si queremos lograr una adecuada inclusión económica y social de venezolanos, tenemos que mover mecanismos de cooperación».
La conferencia fue organizada por la Unión Europea (UE) y el Gobierno de España con el apoyo de la Agencia de Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), participaron representantes de más de 60 países y organismos multilaterales.