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A medida que millones de personas se vacunan contra el coronavirus, y el fin de la pandemia parece vislumbrarse finalmente, los investigadores están haciendo conjeturas sobre cómo podría ser un mundo posterior a la vacuna, y lo que prevén es reconfortante.

Según un estudio publicado el martes en la revista Science, el coronavirus llegó para quedarse, pero una vez que la mayoría de los adultos sean inmunes (después del contagio natural o la vacunación) el virus no será una amenaza más peligrosa que el resfriado común.

En este momento el virus es una amenaza fúnebre porque es un patógeno desconocido que puede abrumar al sistema inmunitario adulto, que no ha sido entrenado para combatirlo. Ese ya no será el caso una vez que todos hayan sido expuestos al virus o a la vacuna.

Por otro lado, los niños lidian de manera constante con patógenos nuevos que invaden su cuerpo, y esa es una de las razones por las que son más hábiles que los adultos para defenderse del coronavirus. El estudio sugiere que, con el tiempo, el virus solo será motivo de preocupación en niños menores de 5 años, e incluso en ellos solo provocará simples resfriados, o ningún síntoma en absoluto.

En otras palabras, el coronavirus se volverá “endémico”, un patógeno que circula a niveles bajos y solo en raras ocasiones provoca una enfermedad grave. “El tiempo que tarda en llegar a este tipo de estado endémico depende de la rapidez con la que se propaga la enfermedad y de cuán rápido se aplica la vacuna”, señaló Jennie Lavine, becaria posdoctoral de la Universidad Emory de Atlanta, quien dirigió el estudio. “Así que, en realidad, lo más importante es lograr que todo el mundo se exponga por primera vez a la vacuna lo más pronto posible”.

Lavine y sus colegas analizaron los otros seis coronavirus humanos (cuatro que causan el resfriado común, además de los virus del SRAG y el SROM) para buscar pistas sobre el futuro del nuevo patógeno.

Los cuatro coronavirus del resfriado común son endémicos y solo ocasionan síntomas leves. El síndrome respiratorio agudo grave y el síndrome respiratorio de Oriente Medio, que aparecieron en 2003 y 2012, respectivamente, provocaron que las personas enfermaran de gravedad, pero no se propagaron de manera amplia.

Aunque todos estos coronavirus producen una respuesta inmunitaria similar, el nuevo virus es más parecido a los coronavirus endémicos del resfriado común, según la hipótesis de Lavine y sus colegas.

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