El acoso sexual sigue siendo un problema en el mundo un año después de que el movimiento #MeToo remeciera a Estados Unidos, según una nueva encuesta global realizada por la organización estadounidense CARE.

El grupo informó que cerca de uno de cada cuatro hombres en ocho países donde se realizó el sondeo cree que debe tener sexo con sus empleados y que a veces está bien esperar que un trabajador tenga interacciones íntimas con un familiar o amigo del jefe.

La encuesta encargada por CARE, un grupo fundado en 1945 sin fines de lucro y que da asistencia para combatir la pobreza y asistir a las niñas y a las mujeres, sugiere que aún queda mucho trabajo por hacer en la llamada era #MeToo.

«Llegó a ser del 62% en Egipto, lo que es sorprendente pensar que el 62% de los jefes piensan que merecen tener sexo con sus empleados», dijo Rachael Leman, directora de CARE en EE.UU.

«Pero incluso en Estados Unidos, el número fue ciertamente más bajo. Pero estamos hablando de uno de cada ocho hombres que también tienen esa actitud en 2018. Así que, nuevamente, apunta que esto realmente es un problema global», afirmó.

El catalizador

Hace un año, en octubre pasado, The New York Times y la revista The New Yorker rompieron la historia ganadora del Premio Pulitzer, en que se detalla el presunto acoso sexual de Harvey Weinstein a varias mujeres que trabajaron para él.

Archivo-Harvey Weinstein.
Archivo-Harvey Weinstein.

Weinstein, un poderoso productor de películas premiadas, supuestamente prometió ayudar a avanzar en las carreras de las mujeres a cambio de favores sexuales. Las actrices Mira Sorvino y Ashley Judd estuvieron presuntamente en la lista negra por no sucumbir a las demandas de Weinstein. Weinstein ahora enfrenta cargos de violación y agresión sexual.

Desde la publicación de la historia de Weinstein, las mujeres de todos los ámbitos de la vida han contado sus historias personales de acoso y agresión. El movimiento #MeToo ha tenido un impacto significativo en la sociedad estadounidense, en el ámbito social, político y corporativo.

En la sala de juntas

Davia Temin, psicóloga en formación, dirige una empresa de consultoría de crisis y cultura de reputación en la ciudad de Nueva York. Sus clientes, -sostiene-, incluyen a algunas de las compañías más grandes del mundo.

Temin piensa que los inversionistas ahora dudan antes de poner dinero en negocios con situaciones vinculadas al movimiento #MeToo sin resolver.

«No existe más poder esconderse detrás del guiño-guiño, asentir con la cabeza (…) Ahora que el sistema y las redes sociales no permiten que eso suceda, y las mujeres están uniendo sus voces, entonces creo que hay un momento en que todo se junta. Ese punto de inflexión ha sido afectado. Hemos ido más allá», expresó.

Desde diciembre de 2015, Temin y su compañía ha mantenido un seguimiento sobre ejecutivos de alto perfil, funcionarios del gobierno, celebridades de entretenimiento de medios, maestros, profesores y figuras deportivas acusadas de acoso sexual, o algo peor.

Hasta la fecha, hay más de 723 nombres en esa lista. Temin dijo que las juntas corporativas con las que trabaja ahora están más preocupadas por limpiar las culturas tóxicas del lugar de trabajo.

«En realidad creo que los consejos corporativos son cada vez más responsables», dijo.

«En parte es porque tienen más mujeres (en las juntas). Por otro lado es porque son conscientes del riesgo para la reputación (…) tienen nuevos miembros de juntas, más diversos y esa diversidad trae consigo el poder de asegurarnos de que estamos tratando de hacer lo correcto», agregó.

Archivo. Mujeres en EE.UU. y otros países han denunciado abusos en todos los ámbitos.
Archivo. Mujeres en EE.UU. y otros países han denunciado abusos en todos los ámbitos.

En la campaña electoral

El movimiento #MeToo también podría ayudar a impulsar el aumento de candidatas que se postulan para cargos políticos.

Las mujeres se están postulando en números récord para el Congreso de los Estados Unidos, las gobernaciones estatales y las legislaturas estatales en las elecciones intermedias, según muestran las cifras del Instituto Rurgers.

«Creo que #MeToo crea y agrega algo a un entorno en el que estamos cuestionando el desequilibrio de poder, particularmente entre hombres y mujeres», dijo Kelly Dittmar, profesora asistente de ciencias políticas en la Universidad de Rutgers.

«Y si se enfoca y resalta el desequilibrio de poder en todas nuestras instituciones, lo que comienza a ver es que las mujeres no están en estas mesas, las mujeres no están en posiciones de poder para tomar decisiones importantes», agregó.

Incluso si las candidatas no prevalecen el día de las elecciones, Dittmar dijo que ya han marcado la diferencia al cambiar la conversación y la imagen de la candidata, abriendo la puerta a las mujeres que desean postularse en el futuro para cargos políticos en el país.

¿Duración del momento #MeToo?

Teresa Barndt, una madre ama de casa de Utah, se encuentra entre los estadounidenses que dicen que #MeToo ha influido en su perspectiva.

«Definitivamente afecta la forma en que quiero enseñarle a mi hija a reaccionar ante ciertas situaciones», dijo.

El movimiento también ha hecho que algunos hombres sean más conscientes del acoso sexual en el puesto de trabajo.

«Me hace más consciente de su prevalencia en el resto de la sociedad, y eso ha sido revelador y estremecedor», dijo Eric Vincent, un diseñador web de Arizona.

«Creo que ha tenido un gran impacto en la sociedad y ha continuado», dijo Tom Vincent, el padre de Eric. «Sabes, inicialmente, pensé que sería una gran cosa, y que luego estaría fuera del ciclo de las noticias en un par de meses. Pero no parece que será así».

Temin cree que el movimiento hacia la paridad de género y la libertad de acoso en el lugar de trabajo llegó para quedarse.

«En algún momento, hay que poner una línea en la arena que dice que se detiene aquí y que se detiene ahora. Y creo que estamos allí», dijo. «Creo que estamos allí a través de las redes sociales. Creo que estamos allí a través de la diversidad. Creo que estamos allí a través del poder de un mayor liderazgo de mujeres. Y las mujeres líderes están expresando sus prioridades más claramente que nunca», enfatizó.

Archivo-Mujeres han protestado contra el acoso sexual en el último año.
Archivo-Mujeres han protestado contra el acoso sexual en el último año.

Aún así, la encuesta de CARE sugiere que todavía hay un largo camino por recorrer antes de que las mujeres sean libres, no solo de los momentos #MeToo, sino también de hablar en contra de ellas.

«Absolutamente, creo que todas las mujeres tienen un momento», dijo Hiba Cheetany, farmacéutica de Illinois. «¿Reaccioné como quería? No, no lo hice porque tenía miedo. ¿Y creo que reaccionaría igual ahora? Definitivamente probablemente lo haría, porque todavía tengo miedo. Todavía hay una reacción.»