El sector comercial ha sido severamente impactado por la pandemia del COVID-19 debido a la cuarentena y al temor de algunos consumidores al contagio, lo que ha restringido la asistencia a este tipo de establecimientos.

Desde la entrada de la pandemia en Panamá, casi todos los puntos de venta, con excepción de los supermercados y farmacias, han cerrado sus puertas, y los que siguen funcionando registran una importante caída en el flujo de clientes.

Este nuevo escenario ha obligado a los comercios a luchar por adaptarse. KPMG en Panamá recomienda a los afectados centrar su atención en seis áreas clave para remediar los impactos a corto plazo y preparase ante las implicaciones posteriores.

A pesar de que aún se desconocen los impactos sociales, económicos y de salud que dejará la pandemia, se espera que los esfuerzos globales actuales para contener el virus sean exitosos. La firma en Panamá busca apoyar al sector de mercados de consumo y retail a prepararse para hacer frente a la etapa post COVID-19.

Planificación Estratégica: Para enfrentar el futuro en una nueva realidad creada por la reciente crisis y crecer la organización reinventando el modelo de negocios se ha convertido en el reto principal de las empresas, obligadas a identificar nuevas oportunidades, crear una nueva curva de valor, construir un modelo de negocio rentable, y sobreponer los obstáculos organizacionales.

En este contexto, lo más importante no es preguntarse cuándo se debe hacer el cambio, porque este es necesario, debido al surgimiento de situaciones imprevistas y el constante movimiento de los mercados y sectores. Lo relevante es saber cómo se va a realizar. La elección de una estrategia determinará los objetivos a largo plazo de una compañía, así como la adopción de medidas y utilización de los recursos necesarios para lograr esos objetivos, lo cual asegurará la supervivencia y la prosperidad de la compañía a largo plazo.

Más que nunca, la planificación estratégica juega un papel fundamental en la forma en que las empresas se preparan para el futuro. Cuando se hace de manera efectiva, los líderes empresariales pueden desplegar eficientemente recursos de capital y maximizar la efectividad de la estrategia corporativa, definiendo su ambición y desarrollando estrategias innovadoras que incorporen la agilidad, la centralidad en el cliente y la excelencia operativa necesarias para prosperar en mercados dinámicos.

Gestión de las fluctuaciones de la demanda: La capacidad de predecir y gestionar la demanda cobra mayor importancia ante el COVID-19. El sector registra fluctuaciones, ya que por un lado algunos comercios ven caer sus ventas y los clientes migran hacia comercios de compras en línea, mientras que otros, como los del sector de consumo, lidian con situaciones significativas de falta de existencia de muchos productos clave, debido a la acumulación de suministros que los consumidores consideran esenciales, así como las limitaciones de inventarios por parte de los mismos proveedores por motivos relacionados a la pandemia.

Gestión de la reserva de efectivo: Los comercios deben analizar detenidamente su perfil de liquidez actual y evaluar cualquier cambio en su dinámica de capital de trabajo o pronósticos de efectivo a corto plazo. Algunos ya están revisando su estabilidad financiera general en diferentes escenarios y, si es necesario, colaborando con los prestamistas para refinanciar préstamos o modificar convenios financieros que pueden verse afectados. Otros buscan asesoría acerca de cómo aprovechar los fondos de contingencia, las renegociaciones de alquileres y las tasas de interés.

 Protección de las personas: Los comercios deben tener un plan que garantice la seguridad de los colaboradores, a la vez que intentan mantener sus actividades comerciales habituales. Más allá de la creación de un plan de comunicación de crisis, deben pensar en cómo gestionarán su fuerza laboral en diferentes escenarios, lo cual involucra alternativas de teletrabajo y la experiencia del colaborador en su conjunto.

Desafíos de suministro a largo plazo: Los comercios deben conversar con sus proveedores clave para evaluar sus riesgos, identificar cualquier exposición indirecta y crear planes de contingencia. A medida que la situación evolucione, se prevén variaciones significativas en la magnitud y el momento de las interrupciones en la cadena de suministro, a través de diversas geografías y subsectores. Así como también una fuerte tendencia de los proveedores a entregar sus productos directamente al consumidor final, apoyándose en soluciones tecnológicas.

Comunicación con los clientes: Los comercios deben pensar en el impacto que estos cambios masivos tendrán en el cliente y su relación directa con éste. La empatía es un pilar fundamental para consolidar la relación ¿Cómo mantendrá la confianza de los clientes en su marca, sus productos y servicios? ¿Cómo va a alcanzar y superar las expectativas actuales? ¿Cómo entregará la experiencia del cliente en el futuro? Estas son algunas de las preguntas que deben plantearse los líderes del sector. En esta contingencia, consolidar la relación con el cliente será la clave para la recuperación, ya que las ventas y el resultado final están determinados por la cuantía de las compras que los clientes realizarán.