Nora Sánchez
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A Necoclí, región del Urabá, departamento de Antioquia, en la cual se presenta una crisis migratoria producto de la llegada de miles de haitianos y africanos, el gobierno de Colombia le busca solución.
Para ello, planifica con la Comisión Intersectorial Contra el Tráfico de Migrantes y autoridades de los países vecinos, un plan de acción que emprenderá con el fin de ejecutar acciones de apoyo a los ciudadanos y a la localidad que temporalmente los cobija.
Así lo informó el director general de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, quien destacó que el equipo técnico operativo para la coordinación y orientación de las acciones que se adopten contra el tráfico de migrantes, dará respuesta a la situación en la que se están inmersos al menos 10 mil migrantes.
En Necoclí apenas hay una sola una compañía de embarcaciones que puede llevar a los migrantes, a través del golfo, al destino que buscan, pero su capacidad está al límite y de allí que estén miles de migrantes varados en esa población colombiana.
Los haitianos, incluso cubanos y venezolanos, llegan a Necoclí para movilizarse hacia Estados Unidos y México no sólo en embarcaciones, sino también por el tapón del Darién, una peligrosa selva que sirve de frontera natural entre Colombia y Panamá y es la ruta hacia el destino que buscan huyendo de las crisis sociales y políticas de sus países de origen.
Cooperación internacional
Los recursos limitados con los que cuenta el municipio de Necoclí para atender la crisis migratoria, obliga al gobierno de Colombia a generar un marco de cooperación internacional que les permita afrontar la problemática y se garanticen los derechos humanos de la población en movimiento.
Espinosa recalcó que Colombia no es responsable de la situación en Necoclí y ante la crisis que ha generado la migración, tanto para quienes llegan a esa localidad esperando seguir su camino hacia Norteamérica, como para quienes habitan en la localidad, están buscando mecanismos de protección de todas las personas.
Según reseñan medios de comunicación en Colombia, en abril pasado, Panamá informó que había alcanzado un acuerdo para obtener de Colombia información expedita sobre los migrantes irregulares que se dirijan al país centroamericano, lo que consideró como “un primer paso para atender de forma integral y responsable la situación” en la frontera.
Números alarmantes
Migración Colombia señaló que lo que ocurre en Necoclí es un fenómeno recurrente e histórico el cual tiene picos e incluso es estacional, ya que en las épocas de frío en el Norte, la migración disminuye, así como cuando se genera empleo en otros países de la región.
En ese sentido y seguro de la que situación se seguirá presentando, el gobierno de Colombia trabaja en la aplicación de medidas de sostenibilidad para administrar esa crisis a través de trabajo colectivo con países como Panamá y Ecuador, “de manera tal que arrebatemos estos seres humanos de las redes de traficantes de migrantes o de explotadores”, aseguró Juan Francisco Espinosa.
A pesar de la pandemia por el Covid-19, este año la migración en Necoclí presenta números alarmantes y según Espinosa, más de 25 mil migrantes irregulares que han pasado por Necoclí son irregulares, ya que la frontera ha permanecido cerrada por largos periodos y entran por puntos informales o trochas.
Las autoridades estiman que entre 800 y 900 personas por día llegan a Necoclí, sin embargo y aunque los números no pueden ser exactos, precisamente porque es una migración irregular, hay quienes aseguran que en la localidad del Urabá antioqueño hay al menos entre 10 mil migrantes y 15 mil migrantes represados que esperan seguir su tránsito hacia países como Estados Unidos, Canadá, Panamá y Costa Rica.