Un autobús con una decena de indocumentados solicitantes de asilo llegó este miércoles a Washington enviado por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, en respuesta a la política migratoria del presidente de EE.UU., Joe Biden.

Aunque Abbott los calificó de «migrantes ilegales», la Casa Blanca informó que son personas que están tramitando su solicitud de asilo en Estados Unidos y que, por tanto, son «libres» de moverse por el país.

A su llegada, el vehículo se estacionó frente a la sede del canal ultraconservador Fox News, a unos pasos de la estación de tren de la capital estadounidense, que emitió en directo el momento en que los migrantes descendían del autobús.

En un comunicado, Abbott afirmó que los migrantes son originarios de Colombia, Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero no detalló el número exacto ni tampoco si se subieron al vehículo de forma voluntaria.

Medios locales reportaron que varios de los migrantes tienen intención de desplazarse desde Washington a otras ciudades del país para reunirse con familiares o conocidos.

El gobernador texano, conocido por sus posturas ultraconservadoras y quien busca su reelección en las próximas elecciones de noviembre, anunció además que hay otro autobús en camino hacia la capital.

Explicó que ha tomado esta medida en «repuesta» a la decisión del Gobierno de Biden de rescindir el próximo mayo el Título 42, una política utilizada para expulsar del país de forma rápida a indocumentados con el pretexto de la pandemia de covid-19.

En su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que los migrantes del bus tienen procesos de asilo abiertos ante la Oficina de Aduanas y de Protección Fronteriza (CBP, en inglés), por lo que «son libres de viajar».

«Es bueno que el estado de Texas los ayude a llegar a su destino final mientras esperan el resultado de sus trámites migratorios. Todos ellos están bajo procesos migratorios», ironizó Psaki.

La portavoz tachó la maniobra de Abbott de «treta publicitaria», pero afirmó que la Casa Blanca no ha estado en contacto con los indocumentados ni con las organizaciones que los han atendido.

El derecho a solicitar asilo es legal bajo las leyes de Estados Unidos, en un momento en el que la Casa Blanca está preocupada por la posibilidad de que el fin del Título 42 genere un «efecto llamada» y una ola migratoria hacia EE.UU.

Por su parte, la asociación de apoyo a migrantes America’s Voice calificó la medida de Texas de «truco político barato y cruel», a la vez que denunció que «lo único que importa» a los republicanos como Abbott es montar un «espectáculo» para Fox News.

El gobernador de Texas anunció la semana pasada que iba a enviar autobuses con indocumentados a las escaleras del Capitolio, en Washington, en respuesta al fin de la aplicación del Título 42.

También ordenó aumentar las inspecciones de camiones en la frontera con México, algo que ha sido criticado por el Gobierno mexicano y por la Casa Blanca dado que está generando retrasos en los cruces comerciales.