Fue detenida el sábado en una discoteca en Lima, Perú.

Fuente: Perú 21 / El Comercio

Tenía tres años cuando el chavismo asumió el poder en Venezuela, Roxy, como la llaman sus amigos, siempre fue muy extrovertida, acostumbraba a vestir bien y se desplazaba en modernos vehículos. Sin embargo, esta joven venezolana –de 25 años– escondía un oscuro pasado y un aterrador presente: asesinó a una mujer en Venezuela y en el Perú la sindican como una de las presuntas implicadas en el descuartizamiento de dos jóvenes en San Martín de Porres.

Ella es Verónica Andreina Montoya Araujo, una ex policía venezolana que ingresó al Perú hace algunos meses, al parecer con una identidad falsa. Y es que la mujer tenía una orden de captura internacional por el mencionado asesinato en Venezuela, que cometió en septiembre de 2018.

Agentes de la División de Investigación de Homicidios del Perú le seguían los pasos, pues se sabía de sus vínculos con una red de proxenetismo que opera, principalmente, en distritos de Lima Norte.

La madrugada del sábado la atraparon en una discoteca en Pueblo Libre. Según la Policía Nacional, se trata de una presunta implicada en el asesinato y descuartizamiento del venezolano Rubén Matamoros (22) y el peruano Jafet Torrico (24), ocurrido el 9 de setiembre en el hostal Señor de Sipán, en Fiori.

Este sector se encontraba tomado por una mafia de proxenetismo. Varios de los hostales eran ocupados por ciudadanos venezolanos, quienes también estaban vinculados a la venta de droga.

Por el caso, además de Roxy, también fue detenido su compatriota Alexander Salazar, quien el día de los hechos trabajó como recepcionista del hospedaje, y habría manipulado la cámara de seguridad para que no registre el momento en que los asesinos retiran del local los paquetes que contenían las partes cercenadas de las víctimas.

Su hermana, Odalys Salazar lo relevaba en el turno de la mañana. Ella declaró a la policía que en el quinto piso, donde se ejecutaron los asesinatos, se hospedaban en distintas habitaciones los venezolanos William Rondón, Bárbara López, y una joven que se dedicaría a la prostitución.

Fuentes de la policía sostuvieron que Matamoros habría sido asesinado por un ajuste de cuentas.