EL NACIONAL
El Gobierno reaccionó con dureza a la confirmación de Venezuela de que mantiene detenido a un gendarme argentino.
El ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein, desmintió a Diosdado Cabello, quien había dicho que el uniformado viajaba por todo el mundo, con solo 500 dólares y que eso lo convertía en sospechoso.
“Venezuela hace que todos los días sean difíciles. Es totalmente falso lo que dice. Los informes de migraciones no muestran que haya viajado por todo el mundo, él estaba radicado en Uspallata y solo ha hecho viajes a Chile”, afirmó.
“Toda su narrativa no corresponde a la realidad. El gendarme tiene una hija argentina de dos años y su mujer se fue a ayudar a su madre a Venezuela. Él las fue a visitar y lo detuvieron arbitrariamente, y lo acusan de cumplir misiones”, explicó y aclaró:
“Los movimientos de Nahuel Gallo están asentados por la Dirección de Migraciones y se van a publicar a la brevedad. Tenemos empleados de la Embajada que han sido llevados a la cárcel, acusados o imputados de un montón de crímenes, y con familias amenazadas”.
Además, sumó: “Hemos hecho todas las gestiones posibles en la OEA, con Naciones Unidas, mucho nos gustaría que se estuviera ocupando personalmente de este tema en vez de promover resoluciones políticamente inclinadas. Expresamos nuestra consternación cuando debería estar (el presidente de la ONU) poniendo manos a la obra. La Argentina no va a tolerar esto”.
Werthein agregó: “¿Qué podemos esperar de Venezuela, que no es un Estado de derecho? Tenemos una situación de violencia y terror psicológico que está asediando a gente que cometieron, como crimen, decidir políticamente. Por ser disidentes están aterrados. ¿Cuánto más hay que tolerar? ¿No alcanza con falsear resultados? ¿No alcanza con que se violen todos los derechos humanos?”.
A su vez, el canciller aseguró que Argentina está trabajando con Brasil en este caso y están manteniendo contacto diario para tratar de repatriar a Gallo. “Ellos representan nuestros intereses en la Embajada, pero la situación es altamente compleja porque los parámetros que tienen los países que somos Estado de derecho son totalmente distintos a los que no lo son. Estas dictaduras no tienen los códigos que tienen las democracias”, comentó.