El tema “Ataúd”, interpretado por la banda Los Tigres del Norte, fue una composición entre artistas de México, Panamá y Argentina
Tras 23 años de carrera musical, Erika Ender obtuvo su primer gramófono en la ceremonia número 17 de los Grammy Latino, en Las Vegas. Viajó por carretera desde Los Ángeles, donde reside actualmente, para subirse al escenario junto a Manu Moreno y Mónica Vélez a retirar el galardón. Los tres artistas escribieron la canción “Ataúd”, para la banda Los Tigres del Norte, ganadora en la categoría Mejor Canción Regional Mexicana.
Ender es una de las artistas panameñas más consagradas de la música: Comenzó a cantar desde que era una niña y realizó su debut en el programa venezolano Súper Sábado Sensacional. Su proyección internacional le ha permitido grabar más de cien discos de diversos géneros como la salsa, el pop, el merengue y el ritmo urbano. Tanta versatilidad se debe al hogar multicultural donde creció. “Mi padre se crió en la Zona del Canal y mi madre es brasileña. En casa escuchaba jazz, boleros, ritmos italianos. La música es como la raza humana, la escuchamos de diferentes maneras pero la esencia es la misma. No tenía tanta cercanía con el género regional mexicano, aunque sí tengo un romance con México”, contó la cantante vía telefónica.
Días antes de la ceremonia Ender fue operada de apendicitis y, aún convaleciente, viajó a Las Vegas en compañía de sus padres para levantar el Grammy con sus manos. Era la primera vez que recibía una nominación por componer un tema regional mexicano para la reconocida banda Los Tigres del Norte. “Los respeto muchísimo como músicos. Esta canción maravillosa llamada ‘Ataúd’ la escribí con tres colegas y ocupó los primeros puestos de las listas musicales en México y Centroamérica. No escribí esta canción pensando en ganar un Grammy, uno siempre escribe con lo mejor que puede”, agregó.
Mercado masculino
Ender describió la alegría que sintió cuando escuchó su nombre en la premiación. Con calma y prudencia se levantó de su asiento y agradeció a sus familiares y a su país Panamá, frente al micrófono. “Llegar a un Grammy es un camino muy largo, esta carrera puede ser muy complicada y no todo el mundo tiene la posibilidad de obtener un gramófono. Este es un mercado dominado por hombres, son muy pocas las mujeres que logran destacarse. La alegría fue doble, porque Omar Alfanno también se llevó un premio. Esa noche ganó Panamá”.
A pesar de que la artista no vive en su país desde hace varios años, lo visita constantemente y se mantiene en contacto trabajando en diversos proyectos que benefician la cultura y la educación en niños y jóvenes.