Grupos populares que integran la Alianza Pueblo Unido por la Vida se manifestaron este jueves en las calles en Panamá, para denunciar el presunto incumplimiento del Gobierno Nacional a acuerdos logrados en una mesa de diálogo para solucionar la crisis social por el alto costo de la vida.
Centenares de sindicalistas, indígenas y estudiantes marcharon de forma pacífica desde el centro de la capital hasta el Palacio de las Garzas (casa de Gobierno) en el casco antiguo de la ciudad, donde se concentraron para realizar un mitin y exigir que el Ejecutivo del presidente del país, Laurentino Cortizo, cumpla con los acuerdos consensuados.
En la caminata, liderada entre otros por el poderoso Sindicato de la Construcción y la Confederación de Unidad Sindical, se exhibieron telas y pancartas en algunas de las que se advertía que «el diálogo sea para cumplirle al pueblo o en las calles estaremos», y que «si hay corrupción no hay democracia».
El diálogo de la mesa única «ha servido para que definitivamente la población se convenza de que quienes gobiernan son enemigos declarados de la población porque defienden los intereses de los oligopolios, de los empresarios, de los mafiosos que se han apoderado del comercio de la alimentación y de los medicamentos», dijo a Efe Jorge Guzmán, de la coordinación del Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso).
«Si algo le ha quedado claro al pueblo en esta oportunidad, es que los cambios profundos que necesitamos no van a venir de la voluntad de los empresarios y mucho menos de sus empleados que gobiernan: va a venir solamente de un pueblo cansado de aguantar las injusticias» como ocurrió con sus protestas y las «luchas» de julio pasado, afirmó Guzmán.
«Productos de esas luchas van a haber otros momentos, que no se podrán evitar porque el pueblo se cansa, el pueblo se resiste a que lo maten de hambre y la única opción que les queda es la calle, la lucha», remarcó Guzmán, también coordinador del Movimiento Comunal Federico Britton.
El alto costo de los medicamentos, de los combustibles y de los alimentos, causó el mes pasado las mayores protestas sociales en décadas en Panamá, que llevaron al Gobierno a instalar una cuestionada mesa única de diálogo con los sindicatos y gremios para consensuar medidas para la rebaja de los precios.
En esa mesa, instalada el pasado 21 de julio, se ha acordado la congelación y control de precios de 72 alimentos de la cesta básica, así como el compromiso oficial de elevar al 6 % del producto interno bruto (PIB) el presupuesto de la educación pública.
El Gobierno de Cortizo rebajó y congeló en 3,25 dólares el galón (3,78 litros) el precio de los combustibles, disparados por la crisis internacional y que llegaron a superar los 6 dólares, en un intento fallido por apaciguar las protestas, que cesaron a finales de julio tras la instalación del diálogo.
Además, el Gobierno Nacional avaló la recomendación de una mesa técnica y autorizó la rebaja temporal del 30 % en el precio de 170 medicamentos de uso regular en Panamá, uno de los países con los costos más altos en medicinas en la región, como han denunciado sectores sociales desde hace años.